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Vivo en un país con miedo.

A lo diferente, a lo que no tiene el mismo color de cuellos enrojecidos; a lo que no se nombra, sino que se muestra en un gesto señalando el antebrazo de arriba abajo; a lo que suene incomprensible y raro.

Al poder que venga de otro lugar y que reste poderío a todas las estrellas de todos los galones de todas las fuerzas. A ser juzgados con dureza, aunque se ofrezcan a diario cachetadas con guantes de seda emplomada.

Nuestra Venezuela libre y democrática | Manifiesto GenX

Nuestra Venezuela libre y democrática | Manifiesto GenX

Era una edición de bolsillo que yo pretendía usar como un arma de instrucción masiva durante mi participación en las marchas capitalinas. Creía que era un salvoconducto para moverme en libertad… Nos comenta Florángel Quintana.

Cuando las mujeres escriben de fantasmas | Aoko Matsuda

Cuando las mujeres escriben de fantasmas | Aoko Matsuda

La recopilación de relatos de terror “Where the Wild Ladies Are” de Aoko Matsuda, lleva la fórmula de lo fantasmagórico a un nivel mucho más inquietante pero en especial, la emparenta con un recorrido a través de dolores emocionales e intelectuales.

Miedo escrito con la m de la palabra fétida que todos usan sin pensar en la lengua (malsonante) de Bukowski.

¿Se puede vivir con miedo? Pues claro, ¿acaso no has visto las películas de vaqueros?

Mientras los análisis del discurso muestran las palabras americanos, nación, gobierno, gente, 325 mil niños migrantes están “desaparecidos” de todos los registros. Esos que saben qué comes y dónde, cuándo compras y qué, qué sueñas y qué buscas en las enredadas redes de aislamiento familiar.

Esa data que te escanea el iris, la forma de tus orejas y todos los dedos de tu mano. La misma que sabe, lo sabe muy bien, que la conspiración se disfraza de elefante y de burro; late en sus entrañas, tiene pasaporte azul, mata niños y docentes porque vengarse es la pauta, ya lo hizo un científico notable, Kaczynski, y lo replicó Timothy.

Vivir con miedo porque la paz es una palabra muy corta y es necesario llenarse de palabrería terrorífica 24/7, en señal abierta, en tabloides y en panfletos digitales con música que huele a Jack Daniel’s y modelos que visten una franela que dice que en Dios se confía.

Y así seguimos, suspiramos en un gran país con gente buena que conduce hacia una carretera cada vez más angosta gritando que un lobo se acerca de nuevo, otra vez, hasta no se sabe cuándo.

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Escritora y cronista.

Columnista en The Wynwood Times:
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