

Capítulo 9 : El Cine Sonoro, una nueva forma expresiva | FAMB
En el ámbito cinematográfico el período vanguardista fue inaugurado por Diagonal Symphonie de 1921, un filme con tintes totalmente abstractos realizado por el artista y cineasta sueco Viking Eggeling.

“Calladita te ves más bonita” | Manifiesto GenX
Es una imposición ante la crítica reflexiva y la libre expresión. Siempre que alguna persona desea exponer lo que piensa respecto a un tema que a otro le resulta delicado, salta la fulana máxima, por lo general en boca de una fanática. … Nos comenta Florángel Quintana.

Un Oscar a la altura de la política internacional
Ese es el testimonio que nos deja una ceremonia 97 de los Oscars, elegante, sobria, equilibrada, consciente y claro, con sus fallas y ausencias. El teatro Dolby de Los Ángeles se vistió de gala y de política anti abusadores de toda índole.

El mal contemporáneo y las mujeres: la discriminación en la idea de bondad femenina
Enriqueta Martí murió de la misma manera violenta en que vivió: durante su corto reinado de terror secuestró, torturó, prostituyó y asesinó a más de doce niños en la Barcelona, España.

«El deseo es un piano invisible: explorando la música, la identidad y la pasión en la literatura»
En esta entrevista a Gisela Kozak, hablamos sobre el significado del deseo en su obra, la influencia de la música en su escritura y la manera en que sus relatos reflejan las tensiones sociales y emocionales de nuestra época

La torre invertida | El ojo del vientre
Qué es La torre invertida, una novela rompecabezas en cuyas torres “alguna vez se levantaron sobre una urbe como un signo de modernidad, el centro del mundo, sobre ellas cayeron los siete rayos de la destrucción …

Academy Awards 2025 | And the canceled goes to …
Este domingo, 2 de marzo, llega la 97ª entrega de los premios de la Academia, mundialmente conocidos como el Oscar. Ya la suerte está echada y solo resta esperar a este domingo para abrir los sobres y conocer quienes harán historia, en una gala que tendrá la conducción del veterano humorista Conan O’Brien.

Ricardo Arispe y Colectibot presentan «45+22+2» en Caracas
La @casa22hatillo y @resetgallery presentan 45+22+2, una propuesta inmersiva de Ricardo Arispe y su proyecto @colectibot, donde la convergencia entre arte y tecnología se manifiesta en una experiencia sensorial envolvente. El próximo viernes 28 de febrero, la @casa22hatillo en El Hatillo se...

Glee | Back to the Serie
En 2009 llegó Glee, una serie que, para bien o para mal, hizo historia dentro del género y que en marzo de este 2025, cumplirá diez años de su última emisión.

Lineamientos Ensamblados | Metamorfosis de una obra
A razón del I SALÓN LIBRO DE ARTISTA HOMENAJE A OSCAR D’EMPAIRE en El Centro de Bellas Artes Ateneo de Maracaibo, el Artista Plastico Venezolano Donny Montero, creó la obra Lineamientos Ensamblados para participar en los espacios de la sala baja Oscar D’Empaire.

Dalia Ferreira publica libro compilatorio de su obra titulado “Mi Caracas”
La periodista y artista visual venezolana, Dalia Ferreira, publicó recientemente un volumen titulado “Mi Caracas”, con el que rinde homenaje a su ciudad natal. La obra de Dalia Ferreira es sonora y huele a calle

“Obras Referenciales”, la nueva muestra de Nan González en Hacienda La Trinidad
La Galería Carmen Araujo Arte presenta la exhibición »Obras referenciales. Nan González”
en Hacienda La Trinidad Parque Cultural, la exposición individual más reciente de Nan González, artista multimedia

Ilan Chester conquistando Europa desde el corazón venezolano
Ilan nació para recorrer el mundo. Su voz melodiosa no ha dejado de viajar, asegurando su lugar en la memoria de todos los tiempos. Canciones y Cuentos ha conquistado Dublin, Dusseldorf, Londres y ahora Paris.
Eduardo Sánchez Rugeles (Caracas, 1977). Ha publicado las novelas Blue Label/Etiqueta azul, Transilvania unplugged, Liubliana, Jezabel, Julián y El síndrome de Lisboa. Ganador del premio Iberoamericano de novela Arturo Uslar Pietri; Primer Lugar del Certamen Internacional de Literatura Letras del Bicentenario, Sor Juana Inés de la Cruz en México y Premio de la Crítica de Venezuela. Licenciado en Filosofía y Letras (Universidad Central de Venezuela/Universidad Católica Andrés Bello). Magíster en Estudios literarios y Estudios Latinoamericanos (Universidad Complutense/Universidad Autónoma de Madrid). Coguionista de los filmes Dirección opuesta (Bellame, 2020), Jezabel (Jabes, 2020) y Las consecuencias (Pinto,2020).
El síndrome de Lisboa es una novela distópica: mientras por un lado desaparece la ciudad de Lisboa a causa de un desastre natural, en Venezuela, las marchas callejeras en protesta a la dictadura de Maduro están en uno de sus momentos más crudos. Cuéntanos un poco el behind the scenes de tu novela, ¿Cómo nace? ¿Cuánto tiempo te tomó todo el proceso de escritura?
La escritura como tal fue rápida. Escribí la novela en tres o cuatro meses. Luego le dediqué un par de meses a la revisión y edición del manuscrito. Son los lapsos habituales. La mayoría de mis novelas han tenido el mismo recorrido creativo.
El proceso de invención de la historia sí fue un poco más pausado. No me gusta comenzar a redactar hasta que no tengo la historia cerrada, hasta que no veo el desenlace. Encontrar este cierre se tomó su tiempo, pero no tenía prisa. Quería que el argumento se cocinara a fuego lento hasta encontrar su propio camino, hasta que la historia sugiriera su propio final.
En esta novela coincidieron tres motivos. En primer lugar, una noticia que leí el año 2013 o 2014 en la BBC sobre la caída de un meteorito en un pueblo de la estepa rusa. Desde que la leí, tuve la sensación de que ahí había una historia que contar. Esto se juntó con una afición extrema y exagerada por la literatura portuguesa. Durante un par de años, solo leí portugueses y estaba fascinado con ese ejercicio. Me llamó la atención la melancolía de los discursos, las referencias veladas al fin del mundo, el sentimiento trágico. Versos o reflexiones que encontré en distintos autores y conectaban muy bien con mi historia en construcción. Y, finalmente, lo que dinamitó el relato final, lo que unificó la narración, fueron los sucesos de 2017 en Venezuela, la matanza de estudiantes en las autopistas del país propiciada por el gobierno de Nicolás Maduro. Esa ola represiva fue la que dio pie a la invención de Fernando y su grupo de jóvenes estudiantes de teatro. La reunión de estos tres asuntos fue lo que me permitió articular “El síndrome de Lisboa”.
El síndrome de Lisboa ha salido publicado también en inglés, bajo el sello Turtle Point Press. Es muy difícil para un autor que escribe en español acceder al circuito editorial anglo, ¿cómo surge esta iniciativa? ¿Cómo fue la experiencia de leerte en otra lengua, conectas plenamente con la voz detrás de esas líneas?
La traducción al inglés, en principio, fue una cruzada particular de mi traductor, el australiano Paul Filev. Paul conoció parte de mi obra por Internet, me contactó y me propuso comenzar una traducción para luego salir al mercado a buscar editoriales en Estados Unidos o Inglaterra. Eso ocurrió en 2017 con mi primera novela “Blue label”. Así lo hicimos y, en un corto plazo, cerramos un acuerdo con Turtle Point Press en Nueva York. La novela se publicó en 2018. Viajé a Nueva York, entonces. Conocí a Ruth Greenstein, la editora, y participamos en varios eventos. A la novela no le fue mal y Ruth me propuso editar otros trabajos. En principio, pensé compartir con ellos mi novela “Liubliana” (2012), pero justo acababa de terminar “El síndrome” y se la envié a Paul para que tradujera un fragmento, en la editorial la vieron y les gustó. El apoyo de ellos ha sido inmenso. Tengo mucho respeto y gratitud por Ruth y su equipo. Tengo confianza absoluta en Paul. A pesar de que es australiano y de que nunca ha visitado Venezuela tiene una gran curiosidad e interés por la literatura y la cultura popular venezolana. La colaboración con él ha sido muy enriquecedora y divertida.
Cuando comparas tu obra con la de escritores que residen en tu país, ¿notas que te hayas distanciado? Si la respuesta es sí, ¿lo consideras positivo o negativo? Si la respuesta es no, ¿qué crees que hace que se conserven esos lazos?
Encuentro muchas afinidades con otros autores de mi país, en particular con los de mi generación. Motivos. Telones de fondo. No me refiero a una cuestión formal o argumental. Cada escritor elige los temas sobre los que quiere tratar y los trabaja según su concepto del oficio literario. Pero tengo la sensación de que el malestar sociocultural está ahí, haciendo sombra, tomando la palabra en cada línea, en cada personaje. Durante los últimos veinticuatro años Venezuela ha vivido una experiencia sociopolítica extrema y totalitaria. Ese aturdimiento, ese golpe bajo, esa inquietud está en la obra Rodrigo Blanco Calderón, Karina Sainz Borgo o Camilo Pino, por citar algunos nombres.
No creo que esto tenga una valoración positiva o negativa, es simplemente una realidad, un hecho. Los escritores reaccionamos al contexto. Tomamos la palabra sobre una experiencia que nos transformó la vida. Y muchas obras, en este sentido, tienen un gran componente de denuncia, de introspección mortificada, de crítica social. La literatura venezolana contemporánea es una pregunta constante sobre cómo llegamos hasta aquí, como nos pasó esto. En esa búsqueda, más allá de los géneros y las estrategias discursivas, creo que muchos coincidimos.
En el artículo “La literatura venezolana sí existe, señores”, publicado en suburbano.net, en el año 2014, la escritora y docente Naida Saavedra, habla sobre la invisibilidad de la literatura venezolana. Ahora, sin embargo, la literatura venezolana brilla en Europa y Latinoamérica. ¿Cuál es tu percepción sobre este momento que tienen las letras de tu país?

Coincido con Naida Saavedra, pero tengo la impresión de que esa invisibilidad persiste. No veo ese brillo que describes. Tengo la sensación de que nuestra literatura sigue siendo una gran desconocida y, en ocasiones, una invitada incómoda a la fiesta. Lo que ha ocurrido en los últimos años es que algunos autores, muy pocos, han logrado posicionar algunos trabajos en editoriales transnacionales y eso ha visibilizado sus obras, pero es un esfuerzo particular, obtenido por méritos propios. Podemos contar con los dedos de una mano cuántos son los autores que han logrado dar ese salto. De resto, el vacío descrito por Naida en 2014 persiste. Me atrevería a decir que ahora es peor. En 2014 todavía había editoriales en Venezuela. De los grandes grupos editoriales, ya no queda ninguno en el país. Todos se fueron. Las librerías y editoriales independientes en Venezuela han desaparecido. Las pocas que quedan hacen milagros para subsistir y logran editar muy pocos libros al año, con un esfuerzo desproporcionado y extenuante. Esta situación afecta, en gran medida, a los autores venezolanos que quieren acercarse a editoriales internacionales, porque su país de origen, su mercado base, no existe. Para una editorial grande es más conveniente, comercialmente hablando, editar a un mexicano, a un argentino o un colombiano que a un venezolano, porque en sus mercados originarios estos autores garantizan un retorno de la inversión.
Esto también pasa en el sector audiovisual, con proyectos de series o largometrajes. La palabra Venezuela aterra a los inversionistas y productores. Los prejuicios son enormes. He participado en muchos proyectos en los que se pretende contar historias que transcurren en Venezuela y, en ocasiones, la respuesta ha sido: “Me gusta la historia, sí. Entraremos, pero para que funcione tiene que ocurrir en México, España o Argentina. Venezuela no interesa ni vende”.
Algunos de tus libros han sido adaptados al cine, pienso en Jezabel y Blue Label, por ejemplo. Cuéntanos acerca de esos procesos, ¿hasta qué punto te involucraste en ellos? ¿Qué aspectos consideras que deben quedar intactos y acorde a los libros?
En ambas adaptaciones participé como coguionista, junto a los directores. Fueron valiosas experiencias de aprendizaje. Las disfruté a fondo y me permitieron conocer muchos aspectos del trabajo cinematográfico.
Estas experiencias me abrieron las puertas para desempeñarme como guionista en otros proyectos de ficción, tanto para largometrajes como para series de televisión. Siempre me había gustado el cine, desde niño, pero nunca había contemplado dedicarme de lleno a la escritura para cine. La escritura literaria tenía preferencia. Sin embargo, desde que Alejandro Bellame me escribió para plantearme hacer la adaptación de mi primera novela, “Blue label” en 2011/12 no he dejado de trabajar en cine.
Novela y película son discursos diferentes, con recursos y herramientas distintas. Las dos experiencias estéticas son muy diferentes. Creo que una película que pretenda calcar, imitar o transmitir lo mismo que una novela está condenada al fracaso. No funciona así. No es un calco. Es una interpretación libre de una historia que ahora debe contarse de otra manera.
¿En qué proyectos te encuentras trabajando actualmente?
Básicamente en audiovisual. Largometrajes y pilotos para series. Tengo una novela cerrada, estoy buscándole salida en el mercado editorial internacional. Me han sugerido que, para que funcione, cambie la nacionalidad de los personajes, incluso la geografía, pero soy necio y persisto.
Hay otras historias sobre la mesa, pero la prioridad ahora son los audiovisuales y la novela.
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En Miami Pop Tour, Pedro Medina León nos ofrece una panorámica de los principales elementos históricos, culturales y populares que han dado forma a la ciudad de Miami.Pedro Medina León (Lima, Perú) es ganador del premio Florida Book Award por su novela Varsovia, y autor de los libros Mañana no te veré en Miami, Marginal y Tour: una vuelta por la cultura popular de Miami, y editor de las antologías Viaje One Wayy Miami (Un)Plugged.
Además es creador y editor del portal cultural y sello editorial Suburbano Ediciones, y conferencista del Florida Humanities Council en temas de historia y cultura de Miami. Estudió literatura en Florida International University y en su país Derecho y Ciencias Políticas.