

Mercedes Madriz “Natura. Flora y fauna de Venezuela” | Espacio Arte al Cubo
Mercedes Madriz expone en Espacio Arte al Cubo ilustraciones científicas de La flora y la fauna de Venezuela. La exposición se titula “Natura. Flora y fauna de Venezuela”

Fotografías de María Teresa Boulton | CVA Las Mercedes
El Centro Venezolano Americano muestra en la Sala Margot Boulton de Bottome, una exposición titulada Experiencias… 40 años después, una selección de fotografías realizadas por la fotógrafa venezolana María Teresa Boulton

Hasta que el Wifi nos separe | Manifiesto GenX
El matrimonio, ese rito que para nosotros era una mezcla entre cuento de hadas y salto al abismo, hoy es visto como una sociedad limitada hasta que el wifi nos separe, con cláusula de salida, acuerdos prenupciales, mediación terapéutica … Nos comenta Florángel Quintana.

Luz, ciudad y memoria | El universo creativo de Octavio Mendoza
Con más de 30 años de trayectoria, Octavio Mendoza ha desarrollado una obra que transita entre la figuración y la abstracción, explorando la relación entre el espacio, la luz y la figura humana

Discursos en relación | Reflexiones sobre la migración a través del arte
Arts Connection inaugura el 12 de abril la exposición Discursos en relación, una muestra colectiva que reúne a los artistas venezolanos Lourdes Peñaranda, Elsy Zavarce y Luis Gómez. A través de distintas disciplinas artísticas, los creadores dialogan sobre sus experiencias migratorias

FEEL THE RIDE: Memoria digital en estado físico
«FEEL THE RIDE» de Ricardo Arispe/ColectiBot presenta álbumes de IA con piezas audiovisuales. La experiencia digital se materializa en un casete y realidad virtual, explorando lo efímero digital y el objeto artístico.

El hogar, el dolor, la belleza
La noción sobre el hogar y su interpretación emocional, suelen ser un tópico habitual en la literatura que analiza el desarraigo, el dolor y la soledad como una conmoción emocional de profundo impacto en la vida cotidiana. Para Virginia Woolf, el tema fue recurrente …

Cartografía / cuerpo reflexivo | Ilian Arvelo
La artista multidisciplinaria Ilian Arvelo se posiciona en el panorama del arte contemporáneo a través de una investigación rigurosa del cuerpo como vehículo de conexión física y archivo del inconsciente

El Jardinero del Prado, un paseo botánico con Eduardo Barba Gómez
Eduardo Barba Gómez, el Jardinero del Prado, identifica miles de plantas en las obras de arte del museo. Su «Paseo Botánico» revela el simbolismo y la diversidad de las flores en cuadros y esculturas

Rolando Peña, un Príncipe nos da la bienvenida a su mundo
La Central del Museo Reina Sofia abrió sus puertas a la Editorial Kalathos, con un libro de colección, la vida y obra de Rolando Peña, un Príncipe que sigue trotando mundos a sus tiernos 80 años.

Adolescencia | Series Sobre 9
Adolescencia; su indiscutible éxito se debe a la excelencia de su realización, un elenco que brinda actuaciones tan naturales como desgarradoras y un guion magistralmente bien escrito

“Laberinto Sagrado” de Eduardo Molina: Un viaje místico entre arte, sonido y espiritualidad
El artista Eduardo Molina presenta su exposición «Laberinto Sagrado (Holy Maze)», una experiencia inmersiva que combina pintura, escultura, video y música para explorar la espiritualidad y la introspección.
—¿Adónde voy? Dime, ¿adónde voy? Tengo un hijo de doce años por el que debo ver, cuidar, mantener. Yo pudiera irme a cualquier lugar, pero no estoy sola, tengo a mi chamo y primero está él. Súmale a eso el peso de un matrimonio fracasado, una relación en ruinas al lado de un hombre cuya respiración no tolero ni a cincuenta kilómetros de distancia. Ah, pero debo estar aquí, en esta casa que es suya, no mía, sintiéndome como una hija de puta, porque mi hijo no merece pasar trabajo en la calle.
—¿Quién te dice que caerán en situación de calle?
—Sí, sí, ya vienes tú con el cuento de la fantasía, de andar imaginando vainas, de confundir la realidad con…
—La fantasía.
—Sí chico, la fantasía. Yo imagino vainas; catástrofes, hecatombes. Y no, que va, me niego a que mi chamo sufra. ¡Eso jamás!
—Tú sí tienes el deber de sufrir, ¿cierto?

Silencio. Su mirada atraviesa mis ojos, estrangulando las palabras que aún no nacen en mi mente, para que se ahogue todo intento de tocar la conciencia.
—Me acostumbré al sufrimiento. De niña mi mamá me obligaba a lavar la ropa a mano, la de todos en la casa. Éramos nueve. El problema no era lavar la ropa de todos, sino la brillante idea de mi madre para arrancar «mejor» el sucio: que el agua estuviera caliente. Tenía que meter mis manos en esa ponchera de agua caliente y lavar como una esclava maldita, con las manos hinchadas y el cuerpo lleno de dolor, o si no la coñaza era brutal. Fueron tantos años haciéndolo, que perdí la sensibilidad de mis manos… bueno, no sólo de mis manos, sino de mi mente… de mi alma. Los odio, los odio de la forma más visceral… a mi madre, papá, mis hermanos… a todos los odio. Los recuerdo y siento como se queman mis manos, como mi estómago y garganta arden. Los odio… !Los odio!
Ramona se levanta, grita, toma un balón de basket y lo bataquea contra las paredes. Rompe un florero, patea los muebles. Corre hacia la cocina, abre el gabinete de los platos y quiebra contra el piso la hermosa vajilla de cristal que su esposo le regaló el día de su matrimonio, como herramienta para una buena ama de casa que cocina agrias exquisiteces. Grita, maldice, llora; de sus ojos mana el mar de dolor donde se ahoga su vida. Sale de la cocina, vuelve a la sala, toma un martillo con el que su marido se protege cuando la rabia la transforma en una potencial asesina, y se coloca ante un espejo donde contempla su rostro devastado.
—Te estás quemando, Ramona. Te estás quemando y te volverás cenizas. ¿Qué piensas hacer? ¿Seguir aquí? No, ni de vaina me quedo en esta maldita casa. Me voy, me largo de esta mierda ya, por mí, por mi hijo, por la vida que me queda, me voy… no quiero volverme cenizas… no quiero quemarme en mi propio odio. Me voy… Yo merezco vivir… Yo quiero ser libre y sanar.
Ramona da la espalda al espejo y con la intempestiva fuerza del dolor, lo quiebra de un martillazo, un golpe definitivo que vuelve trizas su miedo, su parálisis, abriendo la posibilidad de moverse hacia nuevas realidades donde respirar aires de paz no sea una fantasía. Suelta el martillo, entra a su cuarto, toma dos bolsos donde coloca ropa y artículos personales de ella y su hijo, agarra el balón de basket y va directo a la puerta, en la decisión exacta de romper con los días malditos, eligiendo vivir.
—Vámonos ya de aquí. Vámonos antes que mi mente me vuelva presa de nuevo. Tenías razón en lo que tantas veces me dijiste: sal de tu mente, entra en la realidad… Bueno, vámonos hacia ese lugar inmediatamente.
Yo me levanto de la butaca donde fui testigo de un salto vertiginoso: una vida que se abre a lo real exorcizando sus miedos. Salimos, en la vehemencia de las decisiones impostergables, sin pensar en nada, asumiendo el éxodo del dolor con una sola certeza clavada en el entrecejo: el riesgo de lo real es la respuesta.
Tal vez te interese ver:
Lesli | Apuntes desde el vértigo
Lesli está marcada por la tragedia y siente tanta rabia que no sabe cómo liberarse. Otro Apunte desde el vértigo que no olvidarás
Amanda | Apuntes desde el vértigo
Saldar sus deudas con un embarazo por encargo provoca un quiebre en Amanda, protagonista de esta nueva e inquietante crónica de Apuntes desde el vértigo
Abdullah | Apuntes desde el vértigo
Vuelven los apuntes desde el vértigo con una historia donde los protagonistas dejarán sin aliento a más de uno. “Abdullah”, no apto para mojigatos.
Escritor | Personal Brander | Storyteller | Copywriter
Encamino la comunicación de marcas y organizaciones. Exploro historias que conectan y emocionan.
Artista de sensibilidades múltiples: Literatura, danza, teatro, fotografía y artes de contacto-acción. Desarrollo proyectos de bienestar psicocorporal a través de consultoría, experiencias formativas y encuentros vivenciales; en atención a personas, grupos y organizaciones.
Esta columna trata historias al límite de nuestras emociones.