![Manual copia](https://thewynwoodtimes.ninasmarketplace.com/wp-content/uploads/2023/05/Manual-copia.jpg)
![¡Que viene el lobo, viene el lobo! | Manifiesto GenX](https://thewynwoodtimes.com/wp-content/uploads/2025/02/Destacado-copia-4-1080x675.jpg)
¡Que viene el lobo, viene el lobo! | Manifiesto GenX
Vivo en un país con miedo. A lo diferente, a lo que no tiene el mismo color de cuellos enrojecidos; a lo que no se nombra, sino que se muestra en un gesto señalando el antebrazo de arriba abajo … Nos comenta Florángel Quintana.
![Cine Encuentros «Una máquina para vivir» (EEUU, 2020) Y.Goldstein/M.Zielke | (FAMB)](https://thewynwoodtimes.com/wp-content/uploads/2025/02/Destacado-copia-3-1080x675.jpg)
Cine Encuentros «Una máquina para vivir» (EEUU, 2020) Y.Goldstein/M.Zielke | (FAMB)
“Una máquina para vivir” refleja esas contradicciones y mucho más porque, a la vez que sobrevuela la ciudad hiperdiseñada racionalmente y el sueño utópico de Niemeyer
![“El Alma de la Materia”: Explora la materialidad más allá de lo visible](https://thewynwoodtimes.com/wp-content/uploads/2025/02/Destacado-copia-2-1080x675.jpg)
“El Alma de la Materia”: Explora la materialidad más allá de lo visible
Mundo Arte Gallery presenta El Alma de la Materia, una evocadora exposición colectiva curada por Fernando Fernández, que estará abierta del 15 de febrero al 15 de marzo de 2025
![Graphicart celebra 48 años de trayectoria en el nuevo espacio cultural SAGA](https://thewynwoodtimes.com/wp-content/uploads/2025/02/Destacado-copia-1-1080x675.jpg)
Graphicart celebra 48 años de trayectoria en el nuevo espacio cultural SAGA
Con motivo de celebrar sus 48 años de trayectoria, la galería Graphicart presenta la exposición titulada “Geografía abstracta. 48 años de exploración artística en Venezuela”, ubicada en el nuevo espacio cultural SAGA que con esta muestra abre sus puertas en Paseo El Hatillo.
![Abilio Padrón hace vibrar los espacios de la Galería Blasini Morrison](https://thewynwoodtimes.com/wp-content/uploads/2025/02/Destacado-copia-1080x675.jpg)
Abilio Padrón hace vibrar los espacios de la Galería Blasini Morrison
Bajo el título “Abilio Padrón. De lo estático a lo dinámico”, fue inaugurada en la Galería Blasini Morrison, una exposición que reúne una selección de obras realizadas por el reconocido artista venezolano Abilio Padrón, a lo largo de su amplia trayectoria.
![NatuUrban. Una sinfonía subnatural de Miami | Muu Blanco](https://thewynwoodtimes.com/wp-content/uploads/2025/01/Destacado-copia-3-1080x675.jpg)
NatuUrban. Una sinfonía subnatural de Miami | Muu Blanco
«NatuUrban. Una sinfonía subnatural de Miami» de Muu Blanco (Caracas, 1966) con curaduría de Gerardo Zavarce en Arts Connection Foundation, Miami, desde noviembre del 2024 hasta enero del 2025.
![Novela “Cometí la locura de amarte” | Claudia Uzcátegui](https://thewynwoodtimes.com/wp-content/uploads/2025/01/Destacado-copia-2-1080x675.jpg)
Novela “Cometí la locura de amarte” | Claudia Uzcátegui
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![La exposición «What is Reality?» de Ricardo Arispe y ColectiBot redefine los límites de lo real](https://thewynwoodtimes.com/wp-content/uploads/2025/01/Destacado-copia-1-1080x675.jpg)
La exposición «What is Reality?» de Ricardo Arispe y ColectiBot redefine los límites de lo real
La exposición «What is Reality de Ricardo Arispe y ColectiBot desafía nuestra percepción del mundo al fusionar lo tangible y lo virtual
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Nuestra Venezuela libre y democrática | Manifiesto GenX
Era una edición de bolsillo que yo pretendía usar como un arma de instrucción masiva durante mi participación en las marchas capitalinas. Creía que era un salvoconducto para moverme en libertad… Nos comenta Florángel Quintana.
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La recopilación de relatos de terror “Where the Wild Ladies Are” de Aoko Matsuda, lleva la fórmula de lo fantasmagórico a un nivel mucho más inquietante pero en especial, la emparenta con un recorrido a través de dolores emocionales e intelectuales.
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El Cine al son de Lanthimos | Textos y Guiones
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Cuando las mujeres hablan de sexo | Anaís Nin y el deseo
Una vuelta de tuerca a esa interpretación del escritor que escribe para comprender el mundo: Anaís escribía para crear el mundo, para hacerlo real, para hacerlo posible. Para disfrutar de él.
Hace años mientras estudiaba el Doctorado en Cs. Políticas de la UCV, me inscribí en una clase sobre civilidad, en la cual coincidí con compañeros que terminaron ocupando cargos importantes en las universidades o en la administración pública. La clase se encontraba a cargo de la Profesora Graciela Soriano, viuda de ese portento de nuestra vida intelectual que fue don Manuel García Pelayo. No tuve la suerte de conocer al viejo profesor, sin embargo, he leído extensamente su obra. Algunos de sus trabajos son sin duda memorables. Alguna vez escribí un artículo sobre su Teoría del Estado y participé, por algún tiempo, en la Junta Directiva de la Fundación que lleva su nombre. Coincidí en Madrid con la profesora Soriano y pude visitarla en la hermosa casa que compartieron en esa ciudad, llegando a conocer la biblioteca y sitio de trabajo de quien fuese el fundador del Instituto de Estudios Políticos y primer editor de la Revista Politeia, en algún tiempo una de las más importantes del país.
García Pelayo fue un valeroso combatiente republicano durante la guerra civil de su país, logró librarse del fusilamiento y salió al exilio, primero a Puerto Rico y luego a Venezuela, donde desarrolló la parte más importante de su inmensa obra intelectual, que en estos tiempos de barbarie yace bajo los escombros de nuestra ruina institucional y sobrevive por su valor intrínseco y al resguardo de sus discípulos. La Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, sometida como está a los males del abandono y del olvido, dejó pasar, de manera casi imperdonable, por debajo de la mesa la conmemoración de los cien años de su nacimiento.
Con La profa Soriano —nuestra querida chelita, como la suelen llamar los amigos— me une una profunda amistad y sincero afecto. Hace poco hablamos por teléfono, ella desde su retiro caraqueño y yo desde el exilio que las circunstancias me han impuesto. Es interesante como estos países fragmentados, invertebrados, diría Ortega y Gasset, terminan obligando a muchos de sus hijos a abandonarlos. Es claro que uno extraña a esa ciudad maravillosa que es Caracas, uno sueña, por decir lo menos, con la imagen maravillosa del Ávila majestuoso y con el parloteo de las guacamayas que llenan de colorido la ciudad. Atrás quedan afectos y amistades inolvidables, corazones conmovidos, distancias que con el paso de los años empiezan a hacerse insalvables y hermosos recuerdos de tiempos que parecían más felices.
Chelita hablaba mucho de nuestro desarrollo diacrónico y del personalismo político que caracterizaba la Venezuela que ella vivió en sus años de actividad pública. No solo puso el dedo en uno de nuestros males fundamentales, cuando nadie quería hablar de esos temas incómodos. Sino que es sobre todo meritorio que lo hiciera mucho antes de la calamidad que nos acontece. Pero la vejez llega, la juventud, a fin de cuentas, es un defecto que se nos quita con los años, y la vejez tiende a ser solitaria, sobre todo cuando los amigos empiezan a abandonarnos. Hace exactamente 16 años Chelita nos hizo el honor de visitarnos en nuestro apartamento de Bello Monte, justo cuando nació el hijo que tuve con quien fuera mi esposa. Le regaló un hermoso sonajero de plata que aún conservamos. La obra de la Profesora Soriano habla por sí misma. Siempre fue una gran lectora, que se encontraba bastante actualizada con la literatura y que tenía la generosidad de compartir con quienes fuimos más que sus alumnos, sus discípulos, muchos de nuestros docentes no lo hacían. En mi caso particular le reconozco ahora y públicamente el peso que junto a otros tuvo en mi formación.
En aquella clase leímos muchos textos, entre los cuales se coló, para sorpresa de muchos, el Manual de Carreño. A mí me parecía en aquel entonces una lectura menor (nunca me gustaron los manuales), un texto, digámoslo así, demodé, que respondía a los usos y costumbres de otro momento histórico. No pude entender en ese momento su profundidad. Alguien dijo alguna vez que todo texto es en realidad más de un texto y que, en consecuencia, hay muchas formas en las cuales se puede realizar su lectura. Hay, entonces, una lectura lineal en la cual se recogen las ideas que del propio texto afloran sin mucho esfuerzo. Pero hay, también, una lectura profunda que yace en los espacios más inaccesibles que cuesta trabajo reconocer, que nos obliga a darnos cabezazos a ver si es cierto aquello de que la “letra con sangre entra”, como decían los abuelos. Entiendo que Chelita, que no es ingenua, nos estaba proponiendo una lectura del segundo tipo. Esto es desguazar el texto intelectualmente para descubrir los secretos que esconde. La verdad lo comprendí mucho después. En el contexto de aquella clase el libro del Sr. Carreño no tuvo éxito. La compañera a quien le tocó exponer su contenido se limitó a la lectura descriptiva del mismo y terminó comentando las formas del trato, digamos más bien la corrección de las formas, lo procedimental, lo superfluo.
La importancia del Manual yace en otro lugar. Lo que se hace evidente cuando desde lo civil nos toca enfrentarnos al arribo de los bárbaros, sobre todo cuando la barbarie, como insinúa en una novela maravillosa el escritor surafricano y Premio Nobel de Literatura John Maxwell Coetzee, la barbarie yace dentro de nuestra propia sociedad y siempre se encuentra al acecho (los bárbaros nunca llegan porque siempre han estado allí). Creo que doña Bárbara se pierde en un bongo en el Arauca, precisamente, porque en tanto que representación de esa barbarie que de alguna manera nos habita como sociedad, Gallegos no se atrevió a ponerle fin al personaje. Siempre tuvo claro, y el tiempo ha demostrado que tenía razón, que existía la posibilidad de que la barbarie saliese de su letargo, que doña Bárbara viniese de regreso para imponer su ley y extender los límites del miedo. Si la barbarie nos acompaña, como parece que lo hace, no tenemos más remedio que intentar domesticarla, lo que requiere valor cívico, honestidad y la voluntad de enfrentarse al mal en lugar de banalizarlo. A pesar de que siempre habrá más Mujiquitas que Santos Luzardos.
Así, Carreño, creo, intenta contarnos una historia diferente, que va más allá de los modos y las formalidades y que tiene que ver con la posibilidad de construir amistad cívica, espacios para el encuentro civil, para el respeto y para la bondad. Los países verdaderamente serios se construyen desde el reconocimiento respetuoso por las diferencias, del dolor ajeno, de la humanidad del otro. El insulto y la confrontación son actos de la barbarie que deshumanizan a los demás, que los colocan en la otredad, que lo silencian y lo desvalorizan. Nuestros tiempos están llenos de complejidad, son tiempos difíciles donde afloran las diferencias y los miedos. Creo que ante estas circunstancias es necesario cuestionar permanentemente nuestras razones y tratar de comprender las de los demás. Todo el mundo tiene o cree tener motivos para pensar o para actuar de una manera determinada, jugar a imponer nuestros propios criterios luce arriesgado; lo que corresponde a la vida cívica es intentar construir en común, superar las cosas que nos separan, tender puentes, a proporcionarnos un trato humano. Creo que, a eso, más que a cualquier otra cosa, se refería el viejo Carreño. ¡Gracias, Chelita!
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Doctor en Ciencias Políticas y escritor.
Esta columna busca reflexionar sobre el momento contemporáneo, sobre los retos que enfrentamos como sociedad y los elementos que ponen de manifiesto la condición humana.