
En los años ochenta cuando estudiaba en la UCAB el término veneco/a lo oía poco. Sabía que hacía referencia a los hijos de colombianos en el país. Pero lo que sí escuchaba con triste y recurrente frecuencia era el uso despectivo de paisa o cachaco. De hecho, fui testigo involuntario del maltrato hacia personas que al hablar se le notaba un cantadito distinto al gocho patrio. Recuerdo un caso incómodo: “Ajá, dime claro qué vas a llevar, Colombia”, palabras expresadas con una sonrisa sarcástica a un cliente en una ferretería de Boleíta donde yo esperaba por el turno de atención. Había una sorna evidente en la prestación del servicio que me hizo sentir incómoda. De hecho, más de una vez escuché en cafeterías y luncherías ese tonito burlón de los dependientes ante alguien que hablaba distinto. Por supuesto creo que todos los venezolanos debemos tener muy claro que en Venezuela no nos preciamos de tener un amable servicio al cliente. “Mira musiú”, “¿qué te pasa, Portu?”, eran expresiones muy recurrentes en la boca de muchísimos compatriotas, y no, no había simpatía en esas intenciones.

Tras los pasos literarios de Leonardo Padrón | Entrevista
Explora la mente de Leonardo Padrón, poeta, narrador y guionista. Descubre cómo fusiona lo urbano, el amor y la memoria en su poesía y el impacto de Venezuela en su obra. Un viaje literario por su nueva antología y su visión del arte.

El amor, el horror, el dolor y la feminidad
Fue Wayne C. Booth quien, en 1961, articuló esta idea con precisión quirúrgica en La retórica de la ficción, donde propuso que la voz narrativa no es solo un vehículo para la historia, sino un ente con sus propias agendas, capaz de moldear o quebrar la confianza del lector. En ese espacio movedizo entre lo dicho y lo oculto, la novela se transforma en un espejo roto

Exposición “Retratos de Edvard Munch” en el Reino Unido
Edvard Munch Portraits es la primera exposición en el Reino Unido dedicada exclusivamente a Munch como retratista, una parte esencial y que deja absortos, casi hechizados a los visitantes, sin embargo, hasta ahora, no se le ha hecho verdadero reconocimiento.

Clausura de la Exposición “Discursos en relación” | Miami
Arts Connection Foundation anuncia el cierre de la exposición Relational Discourses este sábado 31 de mayo, a partir de las 7:00 p.m. La muestra colectiva, curada por Gerardo Zavarce, reúne obras de los artistas venezolanos Lourdes Peñaranda, Elsy Zavarce y Luis Gómez, quienes abordan, desde distintas disciplinas, los temas de migración, identidad y memoria.

“Arpita Singh: 60 años de creación” en la Galería Serpentine
La prestigiosa Galería Serpentine presenta Remembering, la primera exposición individual de la artista fuera de la India, en un recorrido que da cuenta de su compleja y fascinante trayectoria. A través de pinturas, dibujos y acuarelas, la muestra ofrece una mirada profunda al universo simbólico de Singh.

Arte y política con el curador Félix Suazo | Las Lupitas
¿Qué relación tiene la política con el arte? ¿Cómo ha sido el desarrollo artístico en Venezuela? Política e ideología, ¿son lo mismo? En este episodio, el curador Félix Suazo nos dará respuesta a cada una de estas preguntas

La importancia de la postura y la coherencia en la vida – Reflexiones con María Ojeda
En el último episodio de «Esto se pone mejor», tuvimos el honor de conversar con María Ojeda, facilitadora y mentora de conciencia corporal, especialista en sound healing y sanación vibracional. Durante la charla, exploramos temas profundos como la postura, la coherencia, el autoconocimiento y la conexión entre cuerpo, alma y espíritu.

El Abstraccionismo de Ina Bainova en el CCAM
Una retrospectiva que expresa el estilo y la creatividad de esta experimentada artista y docente búlgara, radicada en Venezuela desde los años setenta, puede apreciarse en el Centro Cultural de Arte Moderno, ubicado en La Castellana, dentro de la capital de Venezuela.

Así Vivimos El Sistema Fest
La Primera Sinfonía de Vive El Sistema Fest reunió en tarima a más de 8.000 músicos en más de 250 conciertos que se llevaron a cabo en Caracas y 13 estados del país, Vive el Sistema Fest resonó por todo el país durante la celebración por el 50 aniversario de El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela
A partir del año 2000 con la crisis económica y política en Venezuela, la dinámica migratoria hacia la tierra de Gabo, Piedad Bonnett y Botero fue creciendo con rapidez. Estos paisanos míos empezaron a ser llamados venecos, venecas como una forma despectiva para aludir a los comportamientos indeseables de algunos dentro del territorio colombiano. He leído opiniones de investigadores y sociólogos que hablan de la palabreja asociada a prejuicios, estereotipos y estigmas con alusión al clasismo, racismo y misoginia. Veneca como prostituta, veneco como deshonesto o delincuente. Hoy la cifra actual de migrantes y refugiados venezolanos en Colombia es de 2.8 millones.
Ahora gracias a un gran número de jóvenes de la generación Millennial este término ha tenido una significativa evolución semántica pasando por su resignificación como un símbolo de identidad y resistencia frente a la xenofobia. Solo basta constatar el humor en las plataformas sociales Instagram, TikTok y X con memes y contenidos satíricos para disminuir ese peso negativo de la expresión para transformarla en un elemento identitario. Son muchos, diría yo, demasiados Millennials migrantes que han abrazado el ser veneco como una forma de pertenencia, orgullo y resistencia a la exclusión social dentro de la diáspora. Hoy podemos entender que el uso del término es una apropiación cultural inversa, esto quiere decir que somos nosotros mismos, los venezolanos de a pie, que nos hemos reapropiado de aquello que fue un insulto para vaciarlo de su carga peyorativa. Es usado con orgullo, un contradiscurso que busca transformarlo en un símbolo positivo.
Por fortuna las palabras y expresiones en su dinamismo lingüístico funcionan como herramientas para protestar, para incluir, para ser parte del poder de los hablantes. Hoy ser veneco incluye a los que deseamos anular las narrativas del nefasto chavismo que señala a los migrantes opositores al régimen como traidores a la patria. Ser veneco es estar en constante resiliencia, con una fuerza diaria que lucha contra la fragmentación social que aúpa la dictadura venezolana.
En mi caso, llevo un mes disfrutando de la canción “Veneka” de Rawayana, me río por las referencias culturales, sonrío por el impacto entre mis alumnos dispersos por el mundo que se conectan profundo con su idiosincrasia en la lejanía. Me gusta pensar que se está promoviendo una visión más inclusiva y orgullosa de la identidad venezolana desde la mirada de los que harán los cambios mayores en la Venezuela libre del futuro.
Yo formo parte de los millones de compatriotas emigrados que trabajan con honestidad, siguen las reglas del país de acogida, se ajustan a sus leyes y andan dejando una huella bonita de la venezolanidad en el mundo.
Yo soy veneca, sí, ¿y qué?
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Escritora y cronista.
Columnista en The Wynwood Times:
Vicisitudes de una madre millennial / Manifiesto de una Gen X