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Desde lejos las luces de las noches caraqueñas se asemejan a un gigantesco nacimiento nocturno. Al menos esa es la sensación que recuerdo de alguno de mis viajes infantiles al lado de mis padres. Íbamos a Caracas a pasar vacaciones, lo hacíamos con cierta frecuencia. Mis hermanos y yo lo considerábamos un premio por sacar buenas notas en la escuela. Aquella era una ciudad inmensa a mis ojos, paseábamos por Sabana Grande, o recorríamos Las Mercedes. En aquel entonces soñaba con la posibilidad de irme a vivir a aquella ciudad que parecía tan lejana y compleja. Pero era solo una pequeña ilusión para un muchacho de un pequeño pueblo del centro del país que por lo general usaba sus tardes corriendo por las angostas calles llenas de casas bajitas y descubriendo personajes inolvidables que habitaban en aquel lugar bucólico donde me correspondió crecer.
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Glee | Back to the Serie
En 2009 llegó Glee, una serie que, para bien o para mal, hizo historia dentro del género y que en marzo de este 2025, cumplirá diez años de su última emisión.
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Lineamientos Ensamblados | Metamorfosis de una obra
A razón del I SALÓN LIBRO DE ARTISTA HOMENAJE A OSCAR D’EMPAIRE en El Centro de Bellas Artes Ateneo de Maracaibo, el Artista Plastico Venezolano Donny Montero, creó la obra Lineamientos Ensamblados para participar en los espacios de la sala baja Oscar D’Empaire.
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Dalia Ferreira publica libro compilatorio de su obra titulado “Mi Caracas”
La periodista y artista visual venezolana, Dalia Ferreira, publicó recientemente un volumen titulado “Mi Caracas”, con el que rinde homenaje a su ciudad natal. La obra de Dalia Ferreira es sonora y huele a calle
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“Obras Referenciales”, la nueva muestra de Nan González en Hacienda La Trinidad
La Galería Carmen Araujo Arte presenta la exhibición »Obras referenciales. Nan González”
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Ilan Chester conquistando Europa desde el corazón venezolano
Ilan nació para recorrer el mundo. Su voz melodiosa no ha dejado de viajar, asegurando su lugar en la memoria de todos los tiempos. Canciones y Cuentos ha conquistado Dublin, Dusseldorf, Londres y ahora Paris.
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El venezolano Reni Arias expone en Miami su historia como migrante
El fotógrafo y periodista venezolano Reni Arias inaugura este viernes 14 de febrero a las 7pm en Arts Connection la exposición Raíces (Roots), una selección de 50 retratos del proyecto La familia nuclear, en el que Arias documentó mensualmente, durante diez años, la evolución de su familia.
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¡Que viene el lobo, viene el lobo! | Manifiesto GenX
Vivo en un país con miedo. A lo diferente, a lo que no tiene el mismo color de cuellos enrojecidos; a lo que no se nombra, sino que se muestra en un gesto señalando el antebrazo de arriba abajo … Nos comenta Florángel Quintana.
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Cine Encuentros «Una máquina para vivir» (EEUU, 2020) Y.Goldstein/M.Zielke | (FAMB)
“Una máquina para vivir” refleja esas contradicciones y mucho más porque, a la vez que sobrevuela la ciudad hiperdiseñada racionalmente y el sueño utópico de Niemeyer
Mi vida entonces era bastante simple, en el pueblo nos conocíamos todos, las casas permanecían abiertas y la policía atendía pequeños conflictos cotidianos que, en tanto que recuerdo, jamás pasaban de ser pequeños reclamos o jaleos intranscendentes. Los muchachos jugábamos en las calles y en las canchas deportivas, en esos momentos Venezuela vivía el “boom” de los 70s y todos parecíamos destinados al éxito inevitable. Uno se pregunta qué tortuosos hados malvados torcieron el destino que parecía correspondernos.
Luego de muchos años llegué a Caracas, la ciudad era aún vivible, aunque compleja. Me tocó, como a todos los hombres y mujeres de mi generación, ver el progresivo deterioro de nuestras interacciones sociales. Las crisis se hicieron progresivas, una era peor que la anterior. Las ciudades se hicieron hostiles, empezaron los robos cotidianos, la violencia. La gente protegía sus casas con fuertes barrotes que, sin que nos diésemos cuenta, se hicieron parte del paisaje. Empezamos a andar juntos y tratábamos de ser cuidadosos.
Pero la cosa no para allí. Comenzamos a ver el deterioro del Metro, la basura, los niños abandonados en situación de calle y una violencia contenida que empezó a habitarnos de repente y que se hizo manifiesta en las estadísticas de fallecidos por causas violentas los fines de semana. Pero hubo más, a la violencia cotidiana de los atracadores, se sumó la violencia política, la de Lina Ron y compañía o la de la Piedrita. El país se convirtió en absurdo, nos dimos la espalda y decidimos, en algún momento, que las guarimbas eran una buena idea. El país ha estado sometido al abuso y el exceso desde hace por lo menos 40 años, los últimos 20 son peores, claro.
Entonces uno se pregunta cómo plantearse la construcción de una asociación política democrática en medio del desbordamiento de las pasiones colectivas, cómo podemos construir desde el odio, cuáles son nuestros puntos de encuentro, ¿tenemos puntos de encuentro? Quiero decir, ya no se trata solamente de la lógica del secuestro exprés, del deterioro de las cárceles o de la inmensa corrupción, ahora vivimos la construcción de varias pretensiones de estados paralelos que pretenden apropiarse de su pedacito de país, una lógica que a mí se me parece a aquel territorio de fantasía sometido a la guerra permanente y levantisca que fue Venezuela a todo lo largo del Siglo XIX, país por cierto que fue sometido bajo los rigores del Gomecismo a principios del siglo XIX y que fue justificado bajo el argumento del Gendarme necesario, triste argumento que llevó a la Rotunda a muchos héroes de la resistencia pero que, ciertamente, pacificó a un país que debía ser pacificado.
Cuando era niño yo soñaba con ser jugador profesional de baloncesto, practicábamos en el gimnasio Federico Sánchez, antiguo promotor deportivo que conocí y recuerdo apoyando sus rodillas destrozadas en un par de bastones. Jugué durante años, llegué a formar parte de la selección estatal pero nunca llegué más allá, no tenía las condiciones, sin embargo, comprendí que unos sueños se realizan y otros no. Desde esta perspectiva me pregunto si el Koki aspiraba desde niño con ser jefe de una pequeña mafia capaz de aterrorizar a la ciudadanía y enfrentarse, a sangre y fuego, a las fuerzas del Estado; hago esto con ingenuidad y sin calificar la actuación, capacidad o moralidad de las fuerzas policiales, creo que no hace falta hacerlo.
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Uno puede pensar que la niñez del Koki fue corta, que desde pequeño fue sometido a la violencia sistemática que viven los barrios caraqueños. Supongo que allí donde uno jugaba a policías y ladrones con pistolas de plástico, el lo hacía con algún hierro con el serial limado. Koki tiene la mirada endurecida de un hombre que lleva la muerte como compañera. Es impresionante su capacidad de fuego, su talante delincuencial. Uno puede llegar a considerarlo algún “Tipo Ideal Weberiano” de la criminalidad criolla.
Tendríamos que advertir en contra de quienes lo consideran un héroe, o de quienes lo aúpan pensando que es una solución para desatar nuestro Nudo Gordiano. Me hace recordar aquella fábula de Esopo que nos advierte sobre la naturaleza del alacrán, digo, se trata, ni más ni menos, que de un criminal que pretende reinar en un pedacito de país para aterrorizarnos.
Pero, además, tenemos que preguntarnos cómo es que alguien logra construir semejante fuerza de fuego. ¿Cuál es el negocio que permite semejante inversión y quiénes están involucrados? Pero, más aún, ¿qué tipo de sociedad permite la aparición de estos monstruos de pesadilla? Terribles cosas parecen habitarnos. La lógica del mundo medieval era la de proteger la vida en medio de una realidad hostil, es una lógica que contrasta con la aspiración libertaria que es parte fundamental de la promesa de la modernidad.
Uno se encuentra entonces con una sociedad medievalizada, violenta, con un profundo deterioro de la moralidad colectiva. Un sitio en el cual es difícil soñar. Koki es un hombre que, sin duda, no tuvo sueños infantiles, un sujeto deshumanizado, un lord de la guerra. Por supuesto que es culpable de ser quien es, pero no es el único culpable. Acá hablamos de una sociedad que se mueve entre el abandono y el olvido, de múltiples sombras en medio de la montonera.
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Doctor en Ciencias Políticas y escritor.
Esta columna busca reflexionar sobre el momento contemporáneo, sobre los retos que enfrentamos como sociedad y los elementos que ponen de manifiesto la condición humana.