
Febrero. El menos cruel de doce. ¿Quién se atreve a hablar el primer día de un mes enrojecido, tan en silencio, cuando la lluvia ha lavado ya la tierra de todas las decepciones de un enero exultante? Quien se atreva a pronunciar una sola llamarada levante la mano y obtendrá más que una atención; en la cornisa de los ojos, de pronto se concretará un vestigio y una ruina que nunca más será conquistada. El ámbar todo lo sabe. En la semilla un ser contemplativo, como un desgaste de horas, se despeña hacia la realización. Como tantos otros han pensado —la originalidad es una flor en desuso aunque abundante en la superficie de la tierra— un nuevo mes reinicia el conteo de los árboles. Porque escribir un libro es fundar un árbol y no hay nadie que pueda negar en este instante la nomenclatura cantada desde su propia raiz. Árbol textual, como un asidero indómito, hacia fuera, árbol afuera; escribir un libro merece la distinción de hazaña épica y la más noble titulación de humildad del artesano.

El mal contemporáneo y las mujeres: la discriminación en la idea de bondad femenina
Enriqueta Martí murió de la misma manera violenta en que vivió: durante su corto reinado de terror secuestró, torturó, prostituyó y asesinó a más de doce niños en la Barcelona, España.

«El deseo es un piano invisible: explorando la música, la identidad y la pasión en la literatura»
En esta entrevista a Gisela Kozak, hablamos sobre el significado del deseo en su obra, la influencia de la música en su escritura y la manera en que sus relatos reflejan las tensiones sociales y emocionales de nuestra época

La torre invertida | El ojo del vientre
Qué es La torre invertida, una novela rompecabezas en cuyas torres “alguna vez se levantaron sobre una urbe como un signo de modernidad, el centro del mundo, sobre ellas cayeron los siete rayos de la destrucción …

Academy Awards 2025 | And the canceled goes to …
Este domingo, 2 de marzo, llega la 97ª entrega de los premios de la Academia, mundialmente conocidos como el Oscar. Ya la suerte está echada y solo resta esperar a este domingo para abrir los sobres y conocer quienes harán historia, en una gala que tendrá la conducción del veterano humorista Conan O’Brien.

Glee | Back to the Serie
En 2009 llegó Glee, una serie que, para bien o para mal, hizo historia dentro del género y que en marzo de este 2025, cumplirá diez años de su última emisión.

Cuando las mujeres escriben de fantasmas | Aoko Matsuda
La recopilación de relatos de terror “Where the Wild Ladies Are” de Aoko Matsuda, lleva la fórmula de lo fantasmagórico a un nivel mucho más inquietante pero en especial, la emparenta con un recorrido a través de dolores emocionales e intelectuales.

El Cine al son de Lanthimos | Textos y Guiones
Por Richard Rey. Mientras en el crepúsculo de los dioses llamado Hollywood, se empiezan a vislumbrar ocasos de glorias como Francis Ford Coppola o Ridley Scott; otros nombres comienzan a dejar profundas huellas en el quehacer del séptimo arte. En ese sentido, hay un director que me ha intrigado y...

Cuando las mujeres hablan de sexo | Anaís Nin y el deseo
Una vuelta de tuerca a esa interpretación del escritor que escribe para comprender el mundo: Anaís escribía para crear el mundo, para hacerlo real, para hacerlo posible. Para disfrutar de él.

Tattoo con servicio móvil | Germán Gamboa
No es secreto para nadie que los artistas del tatuaje venezolanos son muy destacados y solicitados a nivel internacional, uno de ellos es Germán Gamboa, un joven venezolano que está marcando pauta en Estados Unidos
Comienza el agua el goteo cabal de la persistencia sobre la página. Hondonada, día tras día, acierta en el exacto punto del deseo. Pozos marinos, de olas y sol bajo la playa mansa del asiento, del escritorio. En el sonido de los tinajeros en la tarde, la prominente uva de tinta, se abre paso en una conjunción de letras. La fijación de la idea orienta el ambiente, la ternura se expande, o en el secreto del curso de un río ancho —como lo son a veces ciertos humanos escondidos llamados escritores— encontramos una destreza compasiva como una página literaria dicha a oscuras, como si no quisiera pronunciarse, silente, como si tuviera la necesidad contradictoria de gritarse a los dos vientos. Socavado hasta el metal que lo compone, el texto flota en el agua, desnudo de brazos y piernas, hecho de un rostro negro, imponente con sus decididas evaporaciones. Las letras discurren entre los mares, chocan unas contra otras y se entienden, se conectan fieles con la intención de desterrar su extrañamiento de la tierra que enamoran con sus manos.
Es la semilla de febrero esta conexión con el agua, con el texto que aparece en la página rodante como si la tierra no consumiera, sino otorgara. La comunión del hombre y la palabra, la boda, el ejercicio, la sangre derramada hacia adentro, sin crimen, la paz. Este mes comienza con la circunstancia máxima de un ser, aquí y ahora, quien escribe, quien ama lo que ha escrito, quien es crítico hasta el daño con sus propias palabras, quien necesita esto sobre todas las cosas para sentir algo más allá de ciertas emociones creadas por los hidrocarburos. La pantalla enemiga desaparece, se desarman los ídolos. Solo queda el amor del árbol por el hombre.
Con un cariño desatado, crece la semilla del futuro árbol textual. Rompe la cáscara del velamen, la quiebra hasta abrise camino entre la hierba y repta en las palabras hasta formar un círculo de hogar y de lucha con la intención liberada de convertirse en más vida que una idea. Allá, donde han sonado las campanas anunciantes de la emoción literaria del momento —sea de noche, medianoche, de mañana, a las cuatro y media, cuando es necesaria toda la voluntad para sentarse en la silla, a oscuras, y tomar el lápiz que avanzaría hacia el sueño si fuera por él, porque la tinta y el carbón se cansan para que sea nuestro deber nunca cansarnos— en el sonido se desenvuelven los nombres de cada una de las hojas, las personalidades de las ramas y de los pájaros que se posarán sobre ellas y le darán vida y regusto a quien necesite asirse al árbol como un caracol.
Abandono el final del primer día de febrero. El número dos del año. El indicador de la continuidad salvaje de las ciudades y los trabajos de ocho horas que después darán sus frutos al descanso. El tiempo, ansioso por una reacción cualquiera, se detiene ante sí mismo como un espejo. Las líneas que componen esta confesión no serían necesarias si todos tuviéramos, en el escritorio de vivir, un hijo del árbol textual. Dará sombra en la habitación cuando la luz de la tarde silbe tajante y queme con la intención fatal de un trópico enamorado. Ahora faltarían tres minutos para terminar este día. Si no fuera por la obsesión del tiempo por pararse de manos y jugar, y de la anestesia del abandono, el dos de febrero comenzaría y otra semilla sería creada en la búsqueda de una atención lo más filosa posible. El desfile de la noche, desramado de cualquier arsenal de confusiones, transmite un laberinto que se esparce ante todos y nos encierra en una felicidad sin límites. Sin luz no hay palabras, dicen ciertas voces. Sin luz hay palabras, decimos.
Tal vez te interese ver:
El poema contra el odio y la muerte
En este ensayo literario, Jan Queretz rinde tributo al poema, afirmando que quien se enfrente a un poema encontrará con un lenguaje subversivo. “Es un organismo de muchas partes aún no descubiertas”
Industria, verbo y barro | Literatura viva
Los cimientos del lenguaje han sido socavados, libro tras libro, por la industrialización de la literatura. Así lo afirma Jan Queretz en su nuevo ensayo literario para Literatura viva.
Tránsito paciente | Literatura viva
Un día, aparece ante nosotros la historia. Es una imagen clara de una situación que no ha sucedido. Jan Queretz habla de tiempo y escritura en su nuevo ensayo literario para Literatura viva.
Escritor y poeta venezolano.