Rolando Peña conversa con Rayma
Querido Rolando, háblame de esta exposición que tiene una gran magnitud y es muy representativa en tú proyección actual como artista.
Para mí esta exposición es sumamente importante, primero porque todo lo que está pasando en Venezuela me ha impulsado a ver de que forma yo como artista puedo colaborar en la liberación del país y lograr seguir haciendo cosas para aportar ideas, al igual que tú, al igual que lo hizo Zapata, al igual que lo hace Rafael Cadenas y tanta gente extraordinaria que nos ha tocado tener cerca.
Esta exposición es muy importante porque es mi primera gran exposición en un museo de los Estados Unidos (Museo de Arte Contemporáneo) MOCA después de muchos años, y es la primera vez que le dan un museo completo a un artista venezolano.
Esta exposición Black Gold, Oro negro, es además como un resumen de todo un trabajo que yo vengo desarrollando desde mediados de los años 70 sobre el petróleo.
Ya tú viste algo del montaje y las instalaciones, la representación de EL FUEGO SAGRADO que está en una sala enorme cubierta de malla de espejo, donde se refleja un video que se va repitiendo como un mantra, con sonidos del espacio que me dio la NASA, y conceptualmente encuentras la presencia del juego, en oro negro, ósea la representación del poder, lo lúdico, el horror, la catástrofe.
La segunda gran instalación, son unos barriles como unos espectros fantasmagóricos que están colgados del techo y representan el espacio, un rayo laser a su libre albedrío va determinando imágenes y va formando círculos mientras deforma las líneas.
Yo creo que el mensaje está muy claro en esas dos instalaciones.
La tercera parte de la exposicion son mis fotos o secuencia de imágenes llamadas DIARIOGRAFÍA, que son un seguimiento fotográfico que se inicia en 1946 cuando yo hago mí primer performance a los seis años de edad y quedo registrado orinándome en el Lago de Maracaibo. El tema del petróleo en mí vida es de muy vieja data y lo he ido desarrollando muy meditadamente en el transcurso del tiempo.
En la primera sala van a poder ver once imágenes en gran formato que son sacadas del video FUEGO SAGRADO.
La tecnología está muy presente en tú obra, eres un estudioso de la idea matemática del ser, ¿Cómo combinas esas materias tan puras dentro del arte?
En los años 60 en la facultad de arquitectura de la Universidad Central de Venezuela, monté (testimonio) con José Ignacio Cabrujas que fue un gran cómplice y ese fue uno de los primeros espectáculos multimedia reconocidos que se hicieron en América Latina, una combinación de danza y teatro. En este montaje se hicieron proyecciones de diapositivas sobre mi cuerpo mientras yo bailaba y aparecían sonidos de la calle, sonidos de transmisiones de radio, de ametralladoras, sonido de fuego, gritos etc. Me acuerdo que con Miguel Angel Fuster nos metimos en Sabana Grande al medio día para grabar esos sonidos del trafico.
En el fondo a mí siempre me ha interesado mucho el testimonio, porque yo pienso que es muy importante en el arte, y sobretodo en la visión que yo tengo del arte. Ese espectáculo que causó mucha conmoción y que después lo montamos en el Aula Magna, que al final yo me paraba frente a la proyección y se colocaba una diapositiva que se iba moviendo con aceite caliente que era como si fuera sangre, entonces me metía dentro del publico y sonaba una sirena, y yo terminaba saliendo a la calle , era un performance muy impactante y la gente se caía al piso.
Yo siempre he pensado que la tecnología y la ciencia son muy importantes para la creación artística, para la proyección de uno como artista. Estoy seguro que la ciencia y el arte son hermanos, porque en el fondo son abstracciones, aunque la gente diga que la ciencia es muy exacta, no es cierto. Todas las teorías de Albert Einstein, la teoría de la incertidumbre de Heisenberg por ejemplo, o las teorías de los fractales de Manderbrot y las matemáticas del caos de Rene Thom, puedo decir que estas teorías que parecen exactas en el fondo no lo son, son abstracciones, y el arte es una abstracción. Incluso las caricaturas que tú haces también son abstracciones, porque son muchos sentimientos que estas proyectando y mucho conocimiento y para mí la caricatura es como un happening, como un performance ya que son cosas inmediatas. El arte es la capacidad de comunicarse con nada , por eso me interesa tanto la Bauhaus, less is more, menos es mas, y eso es lo que yo siempre trato de hacer con mi trabajo.
¿Entonces si la vida es una abstracción significa que no existimos? ¿un artista existe por medio de lo que hace y de lo que proyecta?
Hay un libro maravilloso de Bioy Casares que es la invención de Morel, cuando yo leí ese libro muy joven lloré, por esa cosa maravillosa de un hombre que naufraga en una playa y de repente se despierta en la madrugada y ve a una mujer bellísima que camina y él se enamora de esa mujer, porque el amor es eso , como decía Cabrujas: el amor es cuando dos ojos sorprendidos se encuentran¨.
Tú eres un enamorado perdido de la vida y del arte , no vamos a hablar de tus mujeres Rolando porque no vamos a tener tiempo ni espacio sideral para abarcarlas, pero sí quiero que me hables de Marisol…
(profundo silencio)
El silencio dice mucho, es algo que nos traspasa…
Yo conocí a Marisol en 1963 llegando a NY, yo tenía como 19 años cuando la ví por primera vez, en ese entonces fui a una reunión donde estaba Miguel Arroyo, Gerd Leufert, y gente muy interesante de Venezuela y estaba esta mujer enigmática bellísima sentada en una esquina sin hablar. Como yo soy un atrevido y siempre lo seré, (jajaja risas)
Yo me acerqué y le dije: ¡hola!, ella se me quedó viendo y me contesto el hola, y yo le pregunté ¿Quién eres tú?
y ella me respondió: Yo me llamo Marisol , y no me habló mas .
Yo di una vuelta y agarre mas ímpetu y regrese a preguntarle
Marisol y ¿qué haces tu?
y ella me dijo : yo no hago nada…
entonces empezamos a hablar y le conté que yo estaba becado para estudiar danza contemporánea, – y entonces ella me dice: Ah, ¿tú eres bailarín? pero tú tienes cara de todo menos de bailarín… (jajajajaj risas) Después cuando nos estábamos despidiendo me dio su teléfono para vernos y me pidió que no se lo diera a nadie, y me dijo: ¿sabes una cosa? yo no tengo familia y tú te pareces a mí, yo creo que eres mi hermano. Y así conocí a Marisol Escobar.
Todos somos un poco huérfanos, ya sea huérfanos de país o de otros afectos y eso te da la capacidad de reconocerte en el otro y creo que eso fue lo que pasó contigo y con Marisol en su momento.
En el fondo nosotros somos huérfanos de muchas cosas, a mi me crió mi madre y a mi padre lo vi dos o tres veces, lo vi al final cuando se estaba muriendo, es por eso que soy un gran solitario y no te puedo hablar de una familia porque no tengo una familia funcional. mi familia es completamente disfuncional, cosa que te lleva a otro tipo de reflexiones en la vida. Somos sobrevivientes .
Lo más importante es mantener una actitud sana y positiva ante la vida.
Yo recuerdo que cuando estaba en NY en los 80, fui a un sitio en el lower east side en la época que estaba Jean Michel Basquiat y Keith Haring y todos los grafiteros de la época, esa zona era un sitio bastante oscuro y complicado, un barrio bajo y peligroso, de droga, cuchillo y navajas, yo llegué vestido de negro con una capa y les dije a mis alumnos: señores yo no vengo a dar clases, yo vengo a conversar con ustedes, yo vengo a aprender de ustedes y a enseñarles lo poco que se, inmediatamente hubo un encantamiento muy positivo con ellos. Yo les quiero decir que soy una persona fundamentalmente sana y yo creo en la sanidad y les agradezco que cuando nos reunamos aquí para la clase, no se metan droga, y no lo hicieron nunca. Ellos se metían de todo, pero cuando estaban conmigo era otra cosa y eso se los agradezco mucho.
¿Qué piensa Rolando Peña desde la madurez del artista sobre la memoria?
Cuando yo empecé a hacer mis fotos de DIARIOGRAFÍA, primero la presenté en el Museo de Arte Contemporáneo, cuando hice la exposición de la Santería con Sofía Imber, ahí estaba el tema de la memoria, yo creo que la cultura es memoria y creo que el problema de nosotros los venezolanos en general es que no tenemos memoria y eso es terrible. Nuestra cultura es como el «alka seltzer», una cultura de la inmediatez, una burbuja que llega hasta arriba y luego se acaba.
¿Por eso tenemos serios problemas de identidad, no sabemos lo que somos ni hacia donde vamos?
Por eso aparece un pobre diablo y un pobre miserable, como este señor que no voy a nombrar y asume el poder con el 85 % de los votos, todo el país fascinado con aquella cosa y con aquel horror.
Si, un suicidio en masa…
Tú no puedes pensar nunca en la vida que un militar golpista va a hacer un buen gobierno, eso es imposible.
Cuando empezó la lucha armada en Venezuela, yo estaba en la Universidad Central y estudié unos meses en la facultad de arquitectura, me metí en el teatro universitario y conocí a Cabrujas, a German Lester, a Nicolas Curiel y muchos otros que fueron mis mentores, ya el techo de la ballena se había fundado en el garaje de la casa de mi madre en el Conde, y allí conocí a Adriano Gonzalez León, Caupolicán Ovalles, Salvador Garmendia, etc. Gente extraordinaria a la cual le debo muchísimo. En el teatro universitario ya entre en un tema mas político y me di cuenta que había mucha insensatez en todo lo que se estaba haciendo, las acciones de la guerrilla, me refiero a la guerrilla urbana porque yo a la montaña jamás subí, porque yo detesto la montaña y los mosquitos y además no hay ningún glamour en la montaña… ( jajaajaj risas).
A mi me encanta la ciudad.
La idea del guerrillero glamoroso es una idea Hollywoodense.
Entonces en esa época se empezaron a planificar robos y secuestros en los cafetines universitarios, y yo pensé que eso no va a conducir a nada bueno, eso es como el Uróboros o la serpiente que se muerde la cola… y fue lo que sucedió.
Por desgracia pasan los años, entra al país una democracia representativa donde se hicieron cosas muy interesantes sin duda.
Luego aparece un paracaidista literalmente hablando y dice: Por ahora, y el país cae postrado, caen las pantaletas, caen los interiores, cae todo, por ese por ahora de ese imbécil.
Es la representación del poder como ceguera que también está en tu obra con la iconografía del petróleo.
Nuestra situación país es una tragedia griega, mezclada con Verdi, es decir mucha opera.
¿Pero nuestra tragedia es como una opera italiana o alemana?
(Jajajajajajjajajaj risas)…
Alemana… sin duda , muy alemana, jajajajaja.
El país es como la comedia de las equivocaciones de nuestro amigo, cómplice y hermano William Shakespeare.
Por The Wynwood Times