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En los setenta Miami fue un punto de referencia para la producción musical de los mejores artistas. La trayectoria de la banda Eagles, probablemente, no hubiera sido la misma sin su paso por la ciudad.

Por Pedro Medina León.

La tarde en la que Don Henley, Joe Walsh y Glenn Frey escucharon el demo que había grabado Don Feldon, en su casa de Malibu, en un cassette, decidieron que aquella melodía que sonaba con tono español, a la que sugirieron llamarla “Bolero Mexicano”, sería el single de su nuevo album. La letra, acordaron, reflejaría el mito californiano de autos descapotables en la autopista, con cabelleras al viento, palmeras y lucesitas que parecen un manto de luciérnagas encapotando el horizonte. El problema con el demo es que era muy largo para utilizarlo como single, más de seis minutos, y entre ese y otros detalles, debían trabajarlo.

El sello discográfico de los Eagles necesitaba que la banda lanzara su siguiente album y ello los llevó a aislarse en un rancho a las afueras de Los Angeles, en Calabasas, de donde salieron con la tarea de perfeccionar esos acordes de tono español. Primero vino una versión y después otra, pero el producto final no terminaba de convencer y así surgió la idea de viajar al East Coast, a Miami, a lo que entonces era una pequeña meca en el entorno musical: The Criteria Studios. Fundados en 1958 por Mack Emerman, músico aficionado, Criteria fue en principio un proyecto quijotesco –acaso lo es hasta hoy cualquier emprendimiento artístico y cultural en Miami–, no existía otro studio en la ciudad, todos se encontraban entre California y New York, por eso Emerman lo gestionaba mientras generaba sus ingresos repartiendo deliveries de caramelos. Pero Criteria se fue ganando un lugar grabando las piezas musicales del show de Jackie Gleason, y luego, en los setenta, se consolidó con el soundtrack de Saturday Night Fever y la unión que concretó con Atlantic Records, la cual atrajo, dentro de una larga lista, a Bob Marley, David Bowie y Fleetwood Mac.

Los Eagles llegaron a Miami en 1975, a 461 Ocean Boulevard, la casa de playa rústica en la que Eric Clapton se recuperó de su adicción a la heroína y que se había convertido en una suerte de residencia de músicos que pasaban temporadas aquí, es el caso de Liza Minelli, Barry Manilow y The Bee Gees quienes aún se encontraban también trabajabando en Criteria.

Si bien el propósito de los Eagles en Miami consistió perfeccionar su demo, Don Feldon en su libro de memorias Heaven or Hell, da cuenta de la temporada miamense que duró siete meses como unas largas vacaciones frente al mar, donde se aficionaron al equipo de Football de los Dolphins y gracias a las gestiones de su productor Bill Szymczyk, se hicieron habituales en las tribunas del estadio los fines de semana.

Y aunque Miami también siginificó noches interminables para el grupo, alcoholizadas, desafiando los DUI de la policía, en las que el último gramo de coca se consumía al iniciar la siguiente jornada en los studios, desde lo más oscuro a veces surgen las obras más luminosas, y el paso de los Eagles por Miami representó un hito en su carrera, ese demo que los trajo de un extremo a otro del país, no tardó en ser su pieza emblemática y uno de los clásicos de la historia del rock: “Hotel California”.

IG: @pedromedinaleon

Pedro Medina León
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Escritor y conferencista

Columnista en The Wynwood Times:
Miami Pop Tour