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La ciudad alicantina de Elda, en el Levante español, es célebre internacionalmente por sus Moros y Cristianos, un acontecimiento declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional, que transforma por completo el paisaje, la economía y la vida de la localidad. Durante cinco días, los más de 50.000 habitantes de Elda se vuelcan en un acontecimiento lleno de historia, tradición, música y pólvora. Este año la fiesta tendrá lugar del 13 al 17 de junio. Pero Elda también propone un anticipo a esta gran celebración: la Media Fiesta de Moros y Cristianos que, fusionada con la tradicional fiesta de San Antón, tendrá lugar durante dos fines de semana del mes de enero.

 El primer fin de semana (12, 13 y 14 de enero) quienes se acerquen a Elda podrán disfrutar de los desfile de collas y grupos musicales de las comparsas. El día 17 de enero, festividad litúrgica de San Antonio Abad, se celebrará el espectacular pasacalle de la Mayordomía hasta la ermita del santo, donde tendrá lugar la misa, la bendición y el reparto del pan. Con el encendido de la hoguera, los festeros interpretan las danzas típicas de la festividad y se dispara una gran traca. El segundo fin de semana (20 y 21 de enero) se celebrará el típico porrate, las cucañas y juegos infantiles, así como las danzas típicas, amenizadas por la dulzaina y el tamboril. Además, con el desfile de todas las comparsas, encabezado por las Abanderadas y Capitanes trasladará la imagen sagrada del Santo a la iglesia de Santa Ana, donde es recibido por todos los festeros y colocado presidiendo el altar Mayor. Una vez allí, se interpretará el pasodoble que lleva su nombre. La Media Fiesta culmina con la Misa Mayor, la proclamación de las abanderadas y los capitanes, los disparos de arcabucería y la gran mascletá. Finalmente, se celebra el llamado Desfile de la Media Fiesta, que es presenciado por una gran multitud de festeros y ciudadanos.

Sobre la fiesta de Moros y Cristianos de Elda

La fiesta es el motor, no solo emocional y comunitario de Elda, sino también económico. La repercusión de la celebración de Moros y Cristianos en la ciudad, que durante todo el año se prepara para una semana de junio, se calcula en torno a los 8.000.000 de euros. Solo los gastos en confección de trajes de capitanías ascienden a 300.000 euros, la comida y bebida de los cuartelillos (los lugares donde se reúnen los festeros y donde almuerzan, comen y cenan durante la celebración) se cifra en 1.800.000 euros y el impacto en la hostelería y hoteles llega a los 3.600.000 euros, con una ocupación hotelera que roza el 100%. Elda está situada a 30 km de Alicante, en la Comunidad Valenciana. La principal actividad económica de la ciudad es, junto a las fiestas, la fabricación de calzado de calidad.

La fiesta, que se vive en las calles las 24 horas del día y que involucra a niños y mayores, conmemora un acontecimiento histórico: la Reconquista. Visitar Elda en Moros y Cristianos es un viaje en el tiempo a la época de las cruzadas, donde las culturas árabe y cristiana luchaban por un mismo territorio. Pepe Blanes, cronista mayor y Presidente de honor de la fiesta de Moros y Cristianos de Elda, explica: «la fiesta comienza a celebrarse en Elda a finales del siglo XVIII, imbuida del espíritu del Romanticismo. Hay un interés por recrear simbólicamente esta etapa histórica. Digo simbólicamente porque se introducen personajes y motivos claramente anacrónicos, como contrabandistas y romanos. Es una fiesta que nace del pueblo, la hace y la protagoniza la gente del pueblo. A finales del siglo XIX la fiesta desaparece, probablemente por causas económicas y vuelve a resurgir en 1944, tras la Guerra Civil Española. Desde entonces se celebra ininterrumpidamente. Destacaría también que, aunque la fiesta se celebra en honor de San Antonio Abad, se trata más de una fiesta popular, que religiosa. Es una fiesta comunitaria, en la que no hay nada privado, una celebración alegre, desenfadada, anacrónica, voluptuosa, que se vive en la calle mañana, tarde y noche». 

Nueve Comparsas componen esta fiesta puramente mediterránea. En el bando moro: Huestes del Cadí, Marroquíes, Musulmanes y Realistas; en el bando cristiano: Contrabandistas, Cristianos, Estudiantes, Piratas y Zíngaros. Elda al completo se viste con los trajes de la comparsa elegida y también los visitantes. Las calles se convierten en una fantasía espectacular en el que se representan la triunfal Entrada Cristiana y la majestuosa Entrada Mora. Grandes boatos, coloridos maquillajes, maravillosos trajes e indumentarias y una amplia participación de festeros y festeras de todas las edades desfilan en forma de escuadras, precedidos de sus respectivas abanderadas y capitanes montados a caballo. Se rememoran épicas batallas con los actos de arcabucería en los que los disparos, el estruendo y la pólvora inundan las calles de la ciudad.

La hermandad y la hospitalidad son puntales de la fiesta. Los cientos de cuartelillos y sedes festeras presentes en Elda están abiertos a todo el mundo. Allí se almuerza, se cena y se convive durante las 24 horas, acogiendo a los visitantes sin distinciones. Algunos de los platos típicos de la gastronomía eldense que se pueden degustar durante los días de fiesta son las gachamigas, las fasiuras o rellenos, los gazpachos manchegos, la paella y los arroces alicantinos.

La música es otro de los ejes de la celebración: a todas horas se ven bandas de música por la ciudad tocando pasodobles, marchas moras y marchas cristianas. Con la Entrada de bandas, el primer acto de las fiestas, las bandas de música de las distintas comparsas desfilan en pasacalles hasta el castillo de embajadas y acaban interpretando el himno, acompañadas por miles de festeros cantando. Además, el Ayuntamiento y la Junta Central de Comparsas de Elda organizan, desde 1986, un Certamen Nacional de Música Festera en el que participan bandas de música de toda España.

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