El trabajo artístico de Rafa Muci está dando de qué hablar. Su nombre viene sonando con fuerza en los encuentros de la movida cultural de Miami. Sus obras causan impacto por la energía del mensaje, a veces sutil y otras tantas desgarradora. Y es que, como todo buen venezolano que desconoce el país de ahora y añora la gran nación que alguna vez fue, no podía hacerse de oídos sordos. En vez, alza sus manos para denunciar la barbarie con un arma infalible: su propio arte.

Con todo, la obra de Muci no se podría catalogar de protesta. De hecho, definir su obra sería algo aventurado dada la complejidad de sus variaciones artísticas. Basta con hacer un recorrido por su cuenta de Instagram @rafamuci y sumergirse en el colorido, la precisión y la contundencia de cada una de sus piezas visuales que se cuentan en cientos. La galería que nos muestra es asombrosa. Algunas de estas imágenes pertenecen a series específicas, en la que destaca “Chromazones”, donde la forma anatómica del corazón humano es el leitmotiv. En perspectiva, podemos apreciar que existe un orden, un estilo único y una mente creadora con una aguda línea de pensamiento.

Rafa Muci estudió Arquitectura en la Universidad Central de Venezuela. En el año 2000 se trasladó a Estados Unidos para estudiar en el Programa de Telecomunicaciones Interactivas de la Universidad de Nueva York, dirigiendo sus esfuerzos hacia las artes visuales y medios digitales.

¿Cómo describirías el arte que realizas?

Me describo como artista visual, a veces utilizando el collage como técnica, pero no me siento collagista. Utilizo amplio color, altos contrastes y tramas, por ello lo defino más como visual, dentro de la amplitud del arte contemporáneo del siglo 21.

¿Qué materiales o recursos usas y cómo los utilizas?

Mi trabajo incluye fotografía, dibujo y pintura; mi medio es el digital, ¿por qué? Pues porque este medio me permite la unión de todas estas disciplinas, de manera transparente, además me permite una gran capacidad de interacción y permutación de la imagen o de sus componentes.

Mi manera de presentar también es amplia, el medio digital me da versatilidad de sustratos de impresión, aluminio, lienzo y papel. Todo depende hasta donde quiera llegar con la imagen. El aluminio permite crear imágenes de altísimo lustro, es una imagen terminal, no admite seguir creando sobre ella. Mientras que el lienzo y el papel sí, y los utilizo para dejar mi impronta; un trazo de mi mano, un gesto, crayón de pastel, tintas acrílicas. Es importante crear esa intimidad con la imagen que se logra en lo táctil.

¿Qué te inspira a la hora de crear?

Es difícil decir qué me inspira. Creo que es mi estado natural, de verdad no busco inspiración, es más un impulso, una necesidad de hacer y ver. Son muchos los temas: la situación de Venezuela, mi formación, mis ideas, mi manera de explorar mi pasado y mi presente y cómo hacer de ello un relato visual.

Creo en una íntima narración visual. En un discurso de alto contenido, pero de fácil absorción. Busco una conexión con el espectador, y le doy la bienvenida a las conversaciones que una de mis piezas pueda generar. Sobretodo si se trata de lo que sucede en Venezuela, pero no me limito a ello, pronto estaré exponiendo un trío de imágenes que exploran el mundo de las religiones, conjugando elementos teológicos diversos en una iconografía única. Este proyecto se llama Horus, y obedece a una inquietud que critica la exclusión doctrinaria, y hace un llamado hacia una amplitud de tolerancia.

¿Cómo es tu proceso creativo?

Mi opinión muy personal es que no existe un proceso creativo, todos lo somos, no es algo exclusivo. Creo que la diferencia está en cómo asumimos esa condición, pues crear es algo intrínseco al ser humano. Pueden haber hábitos que modifiquen el proceso, tanto a favor como en contra. Es un proceso intrínsecamente vinculado a nuestra emoción, a nuestro estado mental, no me viene a la cabeza otra palabra mejor, quizás, ¿conocimiento? Tal vez sentimiento, pero es que es una mezcla de todo, la necesidad de un discurso que lleve un mensaje de esperanza, un mensaje de alegría y un mensaje de reflexión. Quizás, después de todo este discurso, esta frase resume mi proceso y espero que satisfaga la pregunta.

A continuación presentamos una selección –hecha por el mismo artista para este artículo– de su prolífica obra.