Luis Chataing: Venezuela es mucho más grande que ese grupito de gente mala
Entrevista Luis Chataing
por Rayma
Fotos Andreina Mujica
¿Cómo traduces la tragedia en comedia?
La tragedia me imagino que te refieres al tema país que es el material con el cual trabajo, en mi caso yo siempre me sentí atraído por el tema del humor, un humor universal y muy distinto al humor político que es el que me ha ocupado durante los últimos 18 años.
¿La política nos invadió a todos?
Si, se metió en la casa de todo el mundo…
¿Crees que se puede ser periodista en esta circunstancia país (Venezuela) y solo reseñar los sombreros que te combinan con los zapatos de Chanel?
No, pero también creo que es complicado pensar que todo debe ser como uno cree que debe ser, eso es uno de los grandes problemas que estamos enfrentando todos los venezolanos, pero pretender que nuestra verdad sea la verdad de los demás es algo que es tremendamente injusto y complicado.
¿Entonces la libertad está en el dejar ser?
Sí, pero es algo difícil de entender hoy en día, porque el dolor que podemos sentir cada uno de nosotros nos toca el Alma Mater como lo es la patria, nuestro país, nuestra identidad, nos están desbaratando la huella dactilar, y eso duele en diferentes grados, pero nos duele a todos los que hemos nacido en Venezuela. Si hay periodistas que reseñan modelos de zapatos o que tenga la ligereza de colocar un tema musical en la radio, ¿Y por qué vamos a escuchar música en un momento como este? ¿Sabes por qué? porque es necesario.
En las guerras también la felicidad está permitida, pero pienso que lo que no está permitido es la banalidad que nos ha hecho mucho daño. ¿No crees?
Claro, pero lo que a uno le abstrae de esta circunstancia que se ha comido en pedazos nuestros talentos, nuestras habilidades de crear, es válida. Si a una persona le abstrae ver zapatos y si eso te va a permitir ser un mejor cirujano, me parece bien, si eso te va a permitir que lo que haga o deshaga el gobierno con nuestro país no impida que tú seas un mejor arquitecto, me parece bien. Y todo esto lo he aprendido en este último año y nueve meses que tengo viajando por el mundo a casi 76 ciudades con la gira.
¿Qué te ha dejado como experiencia tanto viaje?
Así como estoy conversando contigo aquí en Miami, he conversado con muchos venezolanos por el mundo, en Millán, en Londres, en París, Rio de Janeiro, Vancouver, y he leído en las redes como es la forma donde los que están dentro de Venezuela conviven con los que están fuera, he podido ver los malentendidos, las suposiciones de que un país es más mío que tuyo y todo juega en favor del desastre que generó Hugo Chávez.
Para mí es tan complicado lo que está pasando en Venezuela, que estoy tratando de desfigurar el humor y desmontar el humor en sí mismo, para encontrar dentro de sus ingredientes el más ácido y más sagaz de los ingredientes que pueda utilizar como aporte para Venezuela.
¿Será que ya no nos podemos reír de todo?
En este momento la sensibilidad de todos está abierta y como lo que está pasando nos afecta, creo que debemos ser un poco más considerados con todos a la hora de actuar, para no herirnos los unos a los otros. Hay gente que te juzga por hablar, o porque estás fuera del país y porque supuestamente abandonaste.
El humor es un espejo social, un reflejo inteligente que no te permite deslastrarte de la realidad aunque duela. ¿Será que duele aprender y el humor es una buena herramienta para eso?
Para muestra estas tú, que tanto puede pesar una caricatura como para que un gobierno se haya ensañado tanto contigo. Lo que te quiero decir es que tenemos un poder comunicacional enorme.
El poder comunicacional de libre pensamiento nunca se ha llevado bien con las dictaduras y por encima de eso hay una compromiso que muchos elegimos tener con la libertad y los valores universales. Es una decisión, se tiene o no se tiene.
Cuando uno dice las cosas que dice en la radio, no es porque un patrocinante te ponga dinero en el programa, ni para generar oyentes, sino porque uno está plenamente convencido de lo que estás comunicando, y esto va más allá de la forma en que operen los líderes de la oposición que son los que deberían generar un cambio.
El humor no tiene intereses ocultos, pero el Poder sí, ¿tú qué piensas ante eso?
Las persecuciones que he tenido en Venezuela con el organismo de seguridad del estado, me las gané por mí, y todas las cosas que hizo el gobierno en contra de uno, lo hice siempre por la absoluta razón de que lo estaba haciendo por mí, y por esa misma razón saque a mi familia hace 10 meses del país, porque yo acabo de cumplir 50 años y pase 7 años buscando mi primer hijo, y ahora tengo dos y un día vi que se vino abajo todo lo que habíamos logrado democráticamente por una injusta decisión del Tribunal Supremo de Justicia, y saque mis números y pensé: ¿será que un día me voy a despertar llorando por el asesinato o el secuestro de un hijo? ¿Hasta dónde mi empeño por participar de esta lucha me va a privar de disfrutar lo que tanto añore toda mi vida que era ser padre? bueno, así los monté en un avión y me fui.
Los comunicadores que estamos muy expuestos en la radio, como César Miguel Rondón y yo, que operamos en situaciones parecidas, hablamos a un país de 6am a 10am, inyectamos el ánimo, creemos, remamos, intentamos transmitir la valentía que supone defender la libertad de expresión en los tiempos que vivimos, y la gente te lo hace saber en la calle que es donde se hace un compromiso todavía más grande. Pero me pregunto: ¿nos estamos mordiendo la cola? y deje la radio porque no podía seguir hablando de lo mismo.
Debe ser que en lugar de locutores, deberíamos tener psicólogos en la radio, para manejar el estado de locura que vive Venezuela. Es muy duro…
La frustración, el miedo y todas las cosas que este régimen ha instrumentado y ha sembrado en nuestro país.
Nosotros los que estamos comunicando todos los días, que tenemos que usar la habilidad de un torero para tratar que no nos pongan los ganchos, que no nos cierren los medios para los que trabajamos, por alguna frase o franqueza nuestra, llega un momento que uno es un filtro y se agota y la enfermedad te carcome el cuerpo.
Yo te confieso que hacía mucha terapia viendo tu programa de televisión, era para mí como pensar que el día está acabado y arruinado con el exceso de realidad aplastante y prendía la tv y me conectaba con un humor muy inteligente, que generaba mucha risa y que era un espejo de catarsis sobre lo que todos sentíamos y no podíamos canalizar. Y eso ayuda.
El gran Renny Ottolina como ejemplo de la excelencia comunicacional y cultural en Venezuela, pero en lo que piso el poder, lo mataron. ¿No te parece que la ingenuidad se paga caro?
Pero alguien tiene que hacerlo y si no estamos perdidos, el destino de un país va más allá de todos, Venezuela es mucho más grande que ese grupito de gente mala.
¿No te parece que parte de lo que debemos aprender tanto los que estamos afuera como los de adentro, es reconocer nuestro lado bueno y no dejarnos borrar?
Yo quiero contarles a mis hijos cada día un poquito de toda esta iconografía venezolana.
Siendo un artista tan polifacético, ¿dónde te encuentras en este momento en un país (EEUU) donde muchas veces uno es simplemente un número de social?
¡Yo soy un número de social!
Ahora estoy más tranquilo, yo en Venezuela no dormía, ahora vivo en la circunstancia dura de observar todo a la distancia, cuando yo quería estar allá.
Soy un tipo muy sarcástico y yo quería usar esa herramienta para ayudar con lo que pasa en Venezuela. Me he sentido bendito de poder abrazar tantos venezolanos en el mundo, de poder escuchar sus historias, de que la gente se me acerque y me llore, y me cuenten las desgracias que han atravesado para estar en otros continentes, y me cuenten de la vida que dejaron atrás.
¿Cual es el mensaje que estás llevando en la gira?
Llevo un mensaje de mirar hacia adelante, de ajustarse al lugar que eligieron para vivir, de ser las personas mas productivas que puedan , sin olvidar a Venezuela. Que no se puede vivir con 24 horas de nostalgia pero que tampoco estoy de acuerdo con la gente que cierra la página como si Venezuela no existiera. Yo me presenté hace algunos meses en Indianápolis y comencé el show diciendo: “ Aquí el que no quiera escuchar de Venezuela, se puede salir…” el que no quiera escuchar de su país, yo le devuelvo la plata… aunque es un mecanismos de defensa, pero no estoy de acuerdo.
Debemos estar agradecidos con el país que tanto nos dió, más allá de nuestro talento y nuestro esfuerzo. Prejuzgar al país por la incompetencia que hemos tenido los ciudadanos de ponernos de acuerdo para echarlo para adelante y sacarlo de este atolladero es injusto, con uno mismo y con los demás.
Cuéntanos algunas anécdotas con venezolanos en tus viajes de la gira
1) Me ha tocado montarme en un UBER en Miami y el chofer venezolano me contó que él era un empresario en Tucacas y había abierto 3 restaurantes y le iba muy bien, pero llego un día a su casa y estaban unos tipos violando a su familia, (silencio)…
Hasta que me bajé del taxi y llegue a mi destino el hombre estaba llorando mientras conducía…
2) Llegué a Santiago de Chile, me bajé del avión y me recibe la persona venezolana que me va a producir el espectáculo y me dice que le mataron al hermano en Puerto Ordaz hace dos semanas para robarle el celular.
3) Estoy en París y voy a un restaurante de unos venezolanos que están haciendo sushi en forma de burritos mexicanos y se han ganado el galardón a la innovación culinaria en París, dos chamos de 28 años, y allí está la parte del talento que el país ha perdido.
4) Rio de Janeiro, me recibe una cantidad de gente que trabajo en la industria petrolera, y me cuentan cómo hacen eventos una vez al mes para mantener y ayudar a venezolanos que están viviendo y durmiendo en las plazas de Brasil.
5) En Panamá voy a un restaurante y me llega un mesonero con acento cubano a saludarme y me empieza a hablar y cuando le pregunto de donde es, me dice que es venezolano, pero que tiene que hablar así para que no lo reconozcan como venezolano porque si no pierde el trabajo.
Esta gente que actualmente gobierna en Venezuela, ha hecho tanto daño que tiene que pagar, en el marco de la justicia planetaria, pero tiene que pagar, Y toda esta historia de maldad necesariamente tiene que tener un fin.
¿Tú crees que el humor puede combatir tanta maldad?
Yo debo creer que sí, porque cualquier cosa que permita al ser humano no perder la fe y utilizar todos sus potenciales para devolverle la paz a su país y a los suyos es necesario.
Por The Wynwood Times