Por Adriana Bertorelli Párraga
Libros migrantes, a modo de explicación
Desde hace un tiempo me he encontrado observando con particular interés la literatura que se hace desde otras orillas a las del lugar de nacimiento del autor. Incluso en idiomas ajenos a su lengua materna. Autores latinoamericanos que escriben desde Granada, Nueva York o Berlín, escritores que no se sienten de aquí ni de allá, o que ya después de años de haber emigrado, o escapado, se asumen desarraigados y extranjeros en todos los países, aunque diga otra cosa el pasaporte. Leo sobre no pertenecer, descubro por qué se fueron o por qué vinieron. Busco libros de palabras anfibias, historias sobre migración, sobre exclusión, sobre añoranzas o reencuentros, libros que indagan la familia o el origen. Quizás, en todos ellos, también busco mis porqués y así la distancia adquiere otro significado.
Este es un recorrido –personalísimo– por todos los ríos donde las palabras se convierten en otro territorio. Un recorrido por las palabras migrantes y por esos libros que las acogen.
En twitter: @LibrosMigrantes
Hay un momento en que uno se libera de su biografía y abandona entonces esa sombra agobiante, esa simulación que es el pasado.
Roberto Juarroz
Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977) nos lleva de la mano en esta reconstrucción íntima, hermosa y por retazos de su historia familiar, y da paso a su nueva vida como inmigrante en Una vez Argentina, editado por Alfaguara. A vuelo de pájaro, Una vez Argentina parece un recorrido manso por todos los ríos que confluyen hasta la adolescencia del escritor, del personaje, Andrés Neuman, desde mucho antes de su nacimiento hasta su llegada a España. Trayecto por el que transita, en paralelo, parte de la historia política de una Argentina convulsa.