Pharmakon
Estas vasijas se van fundiendo con ideas que amalgaman un nuevo paisaje que disuelve las fronteras culturales. La alteración de imágenes y objetos pre-existentes es una estrategia que ha sido utilizada por los artistas durante siglos. La apropiación de una imagen la separa de su fuente original y la actualiza en un contexto nuevo.
La apropiación artística suscita polémica y procedimientos judiciales. Estas demandas a los derechos intelectuales, cuestionan el concepto de autoría.
Roland Barthes pensaba que la autoría en el arte era obsoleta y anacrónica, argumentaba que la obra hablaba por sí misma, independientemente del autor. En este sentido, argumentaría que la obra solo existe en la mente del espectador como experiencia y no le pertenece al artista. 1 En el arte contemporáneo, la apropiación de objetos e imágenes está profundamente arraigada a la metodología de los artistas. Una nueva mirada a una vieja imagen en un nuevo contexto y perspectiva puede desencadenar una experiencia totalmente nueva que está más allá de la obra original.
La alta definición de los nuevos medios digitales, ha agudizado la resolución de la imagen superpuesta.
Con un amplio paladar de herramientas digitales, el artista puede intervenir masivamente, manipulando y editando la imagen reformulada.
Este lenguaje de composición permite a Blanco transformar una imagen en otra cosa, mezclándose sin diluir, erosionado los bordes del material apropiado.
La recontextualización de objetos ordinarios en la expresión artística, fue institucionalizada por Duchamp cuando inmortalizó los «readymades» en el contexto de la galería. Los objetos encontrados se han establecido como recurso artístico.
Hacia el final de su carrera Rauschenberg ya estaba experimentando con collages digitales y compuestos, estos nuevos métodos tecnológicos de alta resolución y de superficie pulida, contrastan con las técnicas de pegado amorfo y protuberante del arte del ensamblaje. 2 La exaltación del objeto encontrado al rango de arte, es una proyección de la psique humana. Este tipo de contraste se encuentra en el trabajo de Kurt Schwitters «Merz,» collage hecho con fragmentos de basura, etiquetas, billetes de autobús, tela, tarjetas de papel, hilos de metal, cuerdas y pedazos de madera. Como los recortes de revistas de Max Ernest, la yuxtaposición genera una irrealidad onírica que transforma la apropiación en obra de arte. 3 En “New Compositional Thinking,” Blanco también utiliza el cuerpo en movimiento como acción performativa, igual al que se encuentra en «Collages, Constructions and Objects» de Joan Miró, donde el artista se apropia o toma prestado, interviniendo los registros de un diario. En este trabajo la intencionalidad de Miró se expresa mediante la acción gestual.
El pop art puso de moda La apropiación como método de trabajo. El pop art y sus vistosas re-producciones retrataron la cultura de consumo, trivializando y reformulando las nociones popu-lares de la época. En el arte posmoderno la autonegación de la obra es renegociada por el es-pectador, como por ejemplo cuando la artista Sherrie Levine fotografía la imagen prestada, pla-giando la foto original y repensando la estética de la imagen. Levine y otros artistas modernos han patentado este modo de representación basado en la copia no autorizada de imágenes y parafernalia cultural.
Sin intervenir o modificar las imágenes, en 1979 Levine fotografió el trabajo del fotógrafo Walker Evans.
Al reformular el registro existente en una nueva experiencia estética, Levine atrajo la atención del público y redescubrió a este fotógrafo icónico.
4 En “New Compositional Thinking,” Muu Blanco reconstruye “Retromundo” de Paolo Gasparini. Blanco con sus lentes frescos, redocumenta las zonas de conflicto latinoamericano captadas por el fotógrafo legendario. 5 La refrescante perspectiva de Blanco redescubre la tragedia social en su contexto más álgido. Recordemos que Gasparini también replico carteles publicitarios y propaganda autocrática, que utilizó para documentar la polarización rural y moderna de América Latina llena de violencia y de ideologías revolucionarias. 6 En el exilio voluntario, Blanco recompone estas fotos, restableciendo la responsabilidad social desde el destierro. Ansiosamente desvinculado del contexto social, este trabajo reexamina en particular, la ruina de Venezuela, una realidad que une a estos dos artistas generacionales. Además del replanteamiento contextual de la fotografía histórica, es importante que Blanco utilice la acción-corporal para redimensionar la obra original. Hace esto aleatoriamente rociando píldoras y medicamentos de colores brillantes sobre el lienzo monocromático. Como el “body-action” de Jean Arp y el collage causal, el gesto autobiográfico de Blanco asume su crisis personal.
7 Febrilmente trasnochado y diagnosticado con neumonía y lumbago simultáneamente, el artista se rinde esclavo de los antivirales prescritos esa semana. En la intimidad de su malestar y con nuevas contorsiones disidentes, el expatriado intervine la vieja fotografía, alucinando re-plicas conjugadas.
Y se descubre que la nueva foto no es una alucinación sino parte de la crisis humanitaria presente en Venezuela.
Las últimas noticias nos informan que los productos farmacéuticos han desaparecido por completo de las estanterías, contribuyendo así al colapso del sistema médico. 8 Las corruptelas en las agencias gubernamentales, llenas de encubrimientos ilegales se lucran con contratos fraudulentos de millones de dólares. En sus negocios ocultos, deliberadamente almacenan medicamentos en galpones oscuros, acumulándolos hasta que expiren. 9 Mientras tanto, grandes secciones de la población, incluidos niños y ancianos, necesitan insulina, quimioterapia y medicamentos básicos para mantenerse vivos.
Blanco resuelve pulir el espejo de nuestros tiempos y nos recuerda de esta brutal realidad social, diluyendo y reconstruyendo en una nueva fotoimagen, la composición yuxtapuesta.
El retrato más amplio es el de una sociedad enferma que se encuentra asfixiada y en terapia intensiva, pidiendo a gritos solución a sus remedios.
El pueblo de Venezuela no logra mediar su propio destino, gobernados por un estado sicario que niega el simple cuidado de sus ciudadanos, despojándolos de su dignidad, sollozando con resignación el sufrimiento de sus enfermos y heridos.
¿Qué necesita esta sociedad para liberarse de este patógeno?
¿Cuál es la mejor medicina para curar estas heridas?
No es este sistema de salud corporativo que nos condiciona a consumir analgésicos y drogas sintéticas. La palabra griega «pharmakon» o droga, tenía un doble significado, podía curar o matar al enfermo. Los productos farmacéuticos modernos han medicalizado la adicción y representan al «buen» monopolio de drogas legales que supuestamente cura.
El consumo excesivo de estos productos prescritos y empujados por el «lobby» de médicos colegiados, generan altos dividendos para la industria farmacéutica, independientemente de sus efectos adversos y peligros para el consumidor.
10 Estas practicas han envenenado el cuerpo humano con químicos contaminantes, muchos de los cuales causan peligrosos efectos secundarios y hasta la muerte. Pero los gigantes farmacéuticos y sus «remedios» han sido expuestos con su ciencia inconclusa, se sienten amenazados por los nutracéuticos, la medicina hierbal milenaria, la prevención y los consumidores informados. Las «malas» drogas ilegales que matan, son el chivo expiatorio de la sociedad, la guerra contra las drogas ha llevado a la doble moral del lavado de dinero y sus muchos especuladores. El flujo de este dinero paga por la violencia sistémica que se utiliza contra el pueblo latinoamericano.
Como el mítico Gasparini y su montaje fotomural, Blanco prueba que la fotografía puede ser un acto político. Como los Neodadaístas, él celebra y se burla de la cultura e invita al espectador a descifrar su significado crítico. Los artistas pop clandestinos, frescos y desprendidos, tenían una vena caliente que estaba muy involucrada en la protesta social. Angustiados y enojados, estos creadores se llamaron «Doom» o «No! Art». 11 Como los artistas de ensamblaje, no omitieron nada en sus toscas representaciones de basura apropiada, objetos, cuerdas, y de-collage. Estaban buscando el choque cultural, negando el arte, interesados en la sátira política y pesimistas, impacientes con la idea de propiedad intelectual y apasionadamente involucrados en la sociedad moderna.
Notas
1 K. M. Newton, «Roland Barthes: ‘The Death of the Author’.» Twentieth-Century Literary Theory (1997): pp. 120-23. Web.
2 Paul Watson, «A Brief History of Assemblage Art: Kurt Schwitters, Joseph Cornell, Robert Rauschenberg, and Dave McKean,” The Lazarus Corporation, 27 Dec. 2003. Web.
3 Carl G. Jung, and Marie-Luise Von Franz. Man and His Symbols. Garden City, NY: Doubleday, 1964, p. 291. Print.
4 Hayley A. Rowe, «Appropriation in Contemporary Art.» Student Pulse 3.06 (2011). Web
5 Paolo Gasparini, Victoria De. Stefano, and Alvaro Sotillo. Retromundo, Paolo Gasparini. Caracas: Editorial Caracas, 1986. Print.
6 Patricia Masse, «El Ensayo Fotografico Latinoamericano De Paolo Gasparini.» Revista De La Universidad De Mexico, No. 530 (1995): pp. 38-41. Web.
7 Anna Moszynska, Abstract Art. London: Thames and Hudson, 1990, p. 66. Print.
8 «Venezuela Healthcare Crisis: Under Maduro, Medical Shortages Reaching Critical Level.» International Business Times, 14 Aug. 2015. Web.
9 «Se Destapa La Olla: Empresa Fantasma Importa Medicina De Cuba Que Se Pudre En El SEFAR.” YouTube, 02 Feb. 2016. Web.
10 Ivan Illich, Limits to Medicine: Medical Nemesis, the Expropriation of Health. London: Boyars, 1976, pp. 63-76. Print.
11 «NO!art AND THE AESTHETICS OF DOOM SHOW.” Iowa City, 2002. Web
12 Lucy R. Lippard, Pop Art. New York: Praeger, 1966, pp. 102-103. Print.