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Por Angel Moronta.

“No es la especie más fuerte la que sobrevive sino la que más se adapta al cambio”

Charles Darwin

 

Somos seres de hábitos. Seres de costumbres. Respondemos a las experiencias desde un punto de vista particular, influenciado por marco de referencia cultural, ya sea desde la cultura familiar, educativa, regional o nacional; o por nuestros roles culturales de referencia (padres, hijos, profesores, joven, anciano, etc.). Este punto de vista alimentado por creencias y valores transmitidos por generaciones, nos guían para actuar y tomar decisiones.

La historia se repite, y nuestro mundo sigue cambiando. La necesidad de hacer las cosas diferente siempre ha marcado la vida humana y los procesos creativos han sido la piedra angular de nuestra supervivencia. Lograr crear es encontrar respuestas a preguntas claves que nos hacemos para poder continuar.

¿Qué podemos hacer ahora? ¿Parece que tenemos las manos atadas ante tanta incertidumbre pandémica mundial? Como venezolanos, podríamos sentir que tenemos las manos doblemente atadas. Podríamos creernos que la creación es imposible si las decisiones de unos pocos amenazan con apagar las ideas antes de incluso ponerlas en papel. Conociendo ese modelo de liderazgo que amenaza constantemente desde hace 20 años las oportunidades de crear e innovar en mi país de origen, un camino posible para desechar patrones nocivos es activar los cambios internamente. Esto permitiría aflojar los nudos de las visiones reduccionistas que pretenden controlar las mentes creativas.

En el podcast sobre su libro “camino de la creatividad”, Facundo Arenas cita las palabras del   Dr. Díaz Castelli: “crear resuelve conflictos con el creador. Conflictos que son inconscientes, y se expresan, y se resuelven (sanan) cuando se cristalizan en una idea creativa” (1).  Ahora bien, ¿cómo saber que algo es creativo?. Elizabeth Gilbert, la autora de Comer, Rezar y Amar reconoce la creatividad como “la conexión entre un ser humano y los misterios de la creación” (2), mientras que Facundo Arenas la define como “la fuerza natural que hace y trasciende todas las cosas del universo”. Desde un punto de vista más objetivo, la creatividad es vista como la “habilidad mental para conceptualizar e imaginar ideas nuevas, inusuales o únicas, para identificar una nueva conexión entre cosas que parecen darse al azar o no tener relación”. (3)

Los enfoques subjetivos y objetivos en estos conceptos de la creatividad permiten encontrarnos con el potencial creativo que todos tenemos. Si tenemos alguna situación que resolver, una pregunta que hacer, una tarea que terminar, entonces tenemos parte de los materiales para crear. Y partiendo de este material inicial, de un problema, de un conflicto, regresemos a la creación o la creatividad como forma de resolver. El Dr. Castelli agrega a su idea que “la humanidad avanza gracias al desequilibrio permanente y cada ser humano también.”

Desequilibrio. Una palabra fuerte para momentos incómodos. Palabra que genera angustia, ansiedad, o miedo entre otras emociones que pueden inhabilitarte, incapacitarte, y obligarte a parar. Al verlo desde la perspectiva de la creatividad, podemos transformarlas en emociones que invitan a crear.  Csaba Toth (4) habla de las características de un líder global inteligente, y resolver conflictos o sanar malestares es ser líderes de nosotros mismos y en nuestros espacios. Estos líderes deben desarrollar una mentalidad de emprendedor, el dinamismo o el empuje de un inmigrante, y el carisma de un visionario.  Aunque estamos confinados en nuestras casas, ciudades o países, la visión de adaptación para continuar es buscar formas de adaptarse. ¿Cómo podríamos hacerlo? Haciéndonos conscientes de la creatividad como un proceso donde:

 

  1. Buscamos conexiones:  Cosas, eventos, situaciones o experiencias que parecen no tener relación, pueden resultar los puntos de partida para la creación.
  2. Escuchar activamente: Zenon de Citio, filósofo fundador de la escuela estoica, invita a escuchar mejor por esta simple razón: “Tenemos dos orejas y una sola boca, justamente para oír más y hablar menos.”
  3.  Observar con consciencia: para encontrar asociaciones, ampliar perspectivas, enlazar ideas que parecen no fluir con elementos visibles de tu entorno: formas, colores, objetos no relacionados. Tu activas las conexiones al maximizar el uso de los sentidos.
  4. Poner manos a la obra: Darle un giro a expresiones como Ya tengo mucho que hacer,  Ya hice todo y ahora estoy aburrido, Yo solo se hacer esto y aquello, no creo que pueda hacer algo diferente, o Ya hice mucho y en su lugar preguntarnos ¿Qué me puedo inventar ahora?,¿Qué necesito para hacer esa receta familiar que siempre he querido intentar?, ¿En qué momento podría escribir las historias que tengo en mente?,  ¿Qué necesito para arreglar esa esquina de la casa?.  Pregúntate, buscando ampliar opciones y evitando el ¿Por qué?
  5. Aceptar que equivocarte es parte del proceso: y aunque tengas algo de miedo o inseguridad, seguir tocando la puerta de la creatividad.
  6. Planificar en cierta medida los pasos a dar: Establece metas a corto y mediano plazo. Traza una ruta.

 

Crear te ayuda a romper los esquemas limitantes internos y externos. Crear puedes ser una curita en una herida, o la vitamina y el ejercicio que necesitas para activarte. Al buscar conexiones y hacernos preguntas que proyecten las ideas, nos distanciamos un poco de hacer solo lo que debemos o tenemos que hacer. Le quitamos esa valoración negativa de la rutina como algo aburrido. Hacer para crear complementa la estabilidad diaria de lo que debes y tienes que hacer. Te ayuda a crear hábitos que potencian la creatividad. Las rutinas claras invita a establecer espacios definidos para crear y promover hábitos que activan la creatividad como meditar, contemplar, caminar, hacer ejercicios de respiración, leer por placer.

Pequeños cambios podrían ayudar a crear. No es casualidad que me costó un poco redactar este articulo. Algo que pudo haber ayudado fue escribirlo de pie. Quizás no. Quizás hice otra pequeñas cosas que conectaron con los misterios de la creación o con la fuerza natural para poner en orden estas ideas. Insisto en el quizás porque, en la incertidumbre del quizás seguimos activos, creando, abriendo nuestras mente a un proceso dinámico de naturaleza intercultural donde aprendemos de lo que conocemos en nuestra propia cultura, de otras culturas que conocemos y también de aquellas con las que no estamos directamente relacionados (5).

 

 

Referencias:

(1) Facundo Arena [podcast] El Camino a la Creatividad. Episodio 1.

(2) Gilbert, E. (2015) Big Magic: Creative living Beyond Fear. Riverhead Books. New York

(3) International Association of Innovation Professionals. (2018) Certified Professional Innovator. Certification Exam Study Guide. Revision 8.

(4) Csaba, T. (2020) Uncommon Sense in Unusual Times: Make sense of what, how & why people think and behave differently so you can create synergy instead of driving each other crazy. Publisher: authorsunite.com

(5) Kojour, M. K. (2016). Intercultural communicative competence: A brief review of current thinking and literature. International Journal of English Language and Translation Studies. 4 (4), 12-20. Retrieved from http://www.eltsjournal.org/archive/value4%20issue4/2-4-4-16.pdf

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Profesor Internacional de Inglés y Español como Lenguas Extranjeras. Coach y Facilitador Champion Influence®

Columnista en The Wynwood Times:
El ser intercultural