Cadenas, eterno y presente
El 30 de mayo de 2016 es una de esas fechas que me empeñaré que se quede en mi memoria como una defensa contra la barbarie. Ese día, en la Casa de América en Madrid el gentilicio, momentáneamente, dejó de doler de tristeza para ensancharse de puro orgullo. Nuestro poeta mayor, Rafael Cadenas, recibía un homenaje sentido, emocionante. De esos homenajes que salen del alma de gente generosa y parece que tuvieran alas hasta abarcar a todo un auditorio. Un evento para celebrar a un poeta que con sus letras y su país ha sido igual de generoso que este homenaje. Cadenas es un prodigio en una tierra que, a ratos, se nos vislumbra árida y con las esperanzas resquebrajadas.
Al encuentro, organizado por una palpitante Marina Gasparini y por el escritor venezolano Antonio López Ortega, ambos en el podio, asistieron además el filósofo Fernando Savater (sentado en primera fila), el extraordinario poeta Álvaro Valverde, que nos iluminó con este verso infinito de Cadenas: “no quiero estilo, sino honradez”, hasta el curador y escritor venezolano Luis Pérez Oramas, casualmente de paso por Madrid.
El poeta nacido en Barquisimeto en 1930 y Premio Nacional de Literatura en Venezuela, estaba de paso en España con motivo de recoger el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca como premio a la creatividad, a la innovación en la palabra y a toda una vida dedicada a la poesía. Me aventuro a hablar por muchos cuando digo que Cadenas es una especie de ser ancestral, sin edad, que va a seguir acompañándonos por décadas, por generaciones y le diremos a nuestros hijos y ellos, a su vez, a los suyos sobre el legado, la palabra, el tiempo eterno de Cadenas, que en algún tiempo también fue perseguido político condición que, quizás, se haya convertido en una circunstancia permanente. Quizás esto explique por qué, en su nuevo libro En torno a Basho y otros poemas editado por editorial Pre-textos, un homenaje al haiku y su estructura primigenia, Cadenas haya elegido como epígrafe esta cita del filósofo Ludwig Wittgestein:
«Si no le damos a la eternidad el sentido de una duración infinita, sino el de ausencia de tiempo, entonces la vida eterna pertenece a quienes viven el presente»
Así es Cadenas: presente, permanente, eterno. Y a quien quiera emocionarse tanto como quienes estuvimos allí la tarde del 30 de mayo, les dejamos el link donde se puede ver el homenaje completo: