Alexander, el gran Apóstol
Por Andreina Mujica
Alexander Apóstol vive y trabaja entre Madrid y Caracas desde hace 15 años, su trabajo profundiza la representación y políticas de la Modernidad latinoamericana a través de la historia del arte y de la arquitectura, es un artista provocador con sus obras, denuncia el fracaso del progreso y de los 40 años de democracia, reflexiona sobre sus errores y los convierte en vídeo, instalación, imagen.
Establece conexiones entre el desarrollo y la exclusión, ha participado en las bienales más importantes en el mundo del arte: Praga, Cuenca, Estambul, Turquía, Sao Paulo, La Habana. Hace una década recibe el primer premio de la 8va Bienal de Cuenca en Ecuador, Me encuentro con Alexander en un café de Madrid, Café Murillo, que pertenece a un venezolano, de los miles que transitan y apuestan a una nueva vida lejos de su tierra. Curiosamente nuestra conversación está aderezada con una gran manifestación de los taxistas en Madrid, el olor a pólvora por los fuegos artificiales que usan en la protesta y los gritos de consignas nos invitan a sentirnos más cerca de casa. Imposible no hablar de lo que allá está sucediendo que nos atraviesa sin importar distancias.
«Cómo entendernos a nosotros mismos, ese es mi trabajo, no solo a través de las palabras y de los espacios, sino del arte y su historia, historia de la arquitectura », concreta Apóstol, trabajos como, Avenida Libertador, Ensayando la Postura Nacional; son los proyectos que anteceden, el video más largo hasta ahora es Contrato Colectivo Cromosaturado (2012), que presenta en seis capítulos las identidades sociales y políticas de diferentes grupos de venezolanos, utilizando los códigos visuales del arte cinético, esa la relación entre arte público cinético y el proyecto democrático de los 60-70 será el punto de arranque de Color is my business.
Pero de colores se viste la sexualidad y política para Apóstol. Desde sus inicios en la Bienal de Sao Paulo donde presentó Residente Pulido y esta muestra fuera seleccionado para la guía sexual de la ciudad, su trabajo no ha parado de estar ligado de lo más íntimo a lo colectivo, la ciudad, la política y la identidad sexual. Todo en él deja trazos, así como Caracas lo marcó y su trabajo así lo exhibe.
Presentar « Lecciones Políticas » en estos momentos en Caracas es absolutamente emblemático para él , la narración completa desde los adecos en los años 40 hasta la llegada de Chávez que es el fin de la democracia. Color is my business (2012-2014) recoge los colores emblemáticos de los partidos políticos venezolanos para identificar los campos de dominación, negociación, influencia, soborno y corrupción de cada partido, expresados a través de una paleta de colores nada casual o ciertos tonos de gris.
Hay que repensar el siglo XX, la lección del chavismo ha sido muy dura pero nos va a ayudar muchísimo, no sése si estamos viviendo el castigo de haber mal aprovechado 40 años de vivir en democracia. La inestabilidad política después de Gómez se unía a unas ganas de hacer país e idealización de los años 40, los 50 con su dictadura tiene que ser re visitada, porque los 40 años de democracia con todos sus problemas tuvieron muchísimas luces, acentúa Alexander como quien visita el país desde la memoria y escudriña su historia desde la palabra.
Durante 10 años he trabajado en las negociaciones a través del espacio público y el privado. Quisiera creer que hemos madurado, pero no deja de ser un acto de fe, yo creo que ha habido una suerte de maduración, en especial los muchachos que sólo conocen la Venezuela del chavismo y sin embargo luchan contra eso sin haber conocido lo anterior, en ellos creo. Pero cuanto veo la gente de nuestra generación que vivió las dos Venezuela, hay ciertos vicios que siguen estando, acentuados por la polarización. Temo por los escraches, no estoy de acuerdo en aniquilar al otro, la línea es tan delgada entre exigir responsabilidades y la cacería de brujas que me asusta.
Quiero decir muy pronto que ser venezolano es tener una amplia capacidad de reconciliación.
De alguna manera en su preocupación por el país Alexander transmite calma, como quien maneja con seguridad que los cambios no se detienen y que Venezuela cierra un ciclo, oscuro, difícil para comenzar otro, que no será fácil es seguro, pero que va a cambiar de color. O tal vez re tomar el rojo con el poder que este tiene para reconstruir y no par dividir y causar dolor. Escucharlo hace creer que de tanta penuria saldrá algo maravilloso:
« Los países no se acaban y sé se que va a suceder que lo mejor de los venezolanos saldrá para reconstruir, aportar al país. Crear una identidad en conjunto y no identidad fraccionada, la mentalidad de saqueo es el gran enemigo que hay que vencer.
Necesitamos reconciliación, necesitamos trabajar juntos, todo va a nutrirse de ella, terminará bañando al mundo del arte; la destrucción económica ha sido brutal y tenemos a unos criminales en el poder. ¿Qué llevó a estos criminales al poder? Una mentalidad que tiene que acabar, aquella cosa de que vales más o menos dependiendo del partido al que perteneces ya existía, más suave pero existía, eso tiene que acabar, no puede ser parte de la construcción de una nueva Venezuela. Yo conozco gente a la cual intento comprender cuando me dice : « Yo me desconecté de Venezuela » aunque me provoca darle una cachetada, intento comprender, no discrepo, intento comprender. Creo que puede ser que su mentalidad fue « el saqueo » y no le importó antes ni ahora, o bien que está tan ofendido, tan herido que necesita ver para otro lado.
No es el caso de Apóstol, su otro lado siempre ha sido el mismo, su país, su identidad, sus pasos por el centro de Caracas lo llevan al centro de sí mismo. El mismo se impresiona del compromiso de muchos artistas venezolanos que han dejado el país, hay artistas latinoamericanos que se olvidan de su país de origen, el venezolano no, su arraigo y compromiso parecen ir más allá. Venezuela tiene futuro en la reflexión, en la palabra y la imagen, en un país unido para derrotar una dictadura y reconciliado para reconstruirse.
Alexander es un hombre discreto que está en constante reflexión, creando, es un artista integral, se conoce Caracas de punta a punta a pesar de ser oriundo de Barquisimeto. Representó a Venezuela en el Pabellón de Latinoamérica de la Bienal de Venecia, junio 2011. Yamaikaleter (2010) está vigente como nunca, después de una larga temporada sin exponer en su país, regresa a Venezuela para mostrar « Lecciones Políticas », ciertamente, no puede quedar más al dedo.
Apostol en Caracas:
La colectiva con Miguel Miguel que presenta en el Espacio Monitor un trabajo que le propuso la artista Yoko Ono, donde él presenta una obra que es un recipiente en forma de ofrenda, donde ella pone el agua.
Este ejercicio artístico conformado por 10 invitados dio como resultado un asta militar muy alta toda cromada, brillante, y se titula « Asta los huevos ».
En la Galería Beatriz Gil en Caracas inaugura una individual el 18 de junio hasta mediados de septiembre con Lecciones Políticas.