Por Adriana Bertorelli, dentro del proyecto Libros Migrantes:
Aunque tendemos a pensar que los países solo existen en el límite de sus fronteras, un país realmente se contiene a sí mismo dentro de sus letras. Por eso, cada narrador, poeta, cronista que lleva sus palabras a otro lugar, es un trozo de país que se desplaza, que se abre al mundo, y del 18 al 22 de septiembre habrá pedazos de Venezuela, de México, de España, de Argentina y de Chile en el primer Festival Hispanoamericano de Escritores. Con algunos de ellos conversamos sobre la trascendencia de este festival que se celebrará en La Palma con la colaboración de la Cátedra Vargas Llosa, el Ayuntamiento de los Llanos de Aridane y la Acción Cultural Española (AC/E), entre otros.
Este encuentro brinda la oportunidad perfecta, por primera vez en La Palma, para el intercambio entre lectores y escritores como José Balza, Valeria Correa Fiz, Juan Carlos Chirinos, Carlos Franz, Santiago Gil, Carmen Posadas, Alberto Ruy Sánchez, Francisco Javier Pérez, Ernesto Pérez Zúñiga, Anelio Rodríguez Concepción y sienta las bases para futuras ediciones.
Conferencias, encuentros con estudiantes, firmas de libros, recitales y un cierre magistral a cargo del maestro Luis Goytisolo, estarán entre los 25 actos literarios que ya se pueden consultar en la web del festival: www.hispanoamericanodeescritores.com.
Francisco Javier Pérez
Profesor, lingüista, historiador.
Secretario general de ASALE, Asociación de Academias de la Lengua Española
Caracas, 1959.
Con América, Canarias tuvo una mimetización inmediata.
Ser la voz de Hispanoamérica en la RAE es, por supuesto, un gran honor pero también una grandísima responsabilidad. Debo, debemos, estar un poco en todas partes. El español no es de España, es de la Hispanidad. Es importante entendernos como un todo y no desde la fragmentariedad. No somos parcelas. Siento que a veces, en Latinoamérica, conocemos más el léxico de España que el de nuestros países vecinos y, en ese sentido, que este festival se de cita en Canarias que ha sido, históricamente, el intermediario entre América y el resto de España es fundamental. Llegaban canarios a América de forma habitual desde tiempos inmemorables y lo mismo influimos los americanos a los canarios que ellos a nosotros. Yo mismo soy hijo de padres canarios. Con América, Canarias tuvo una integración o mimetización inmediata. Las formas de hablar, los acentos, los alimentos. Canarias es el único lugar de España donde se dice papas en vez de patatas y el gofio, que es el alimento canario por antonomasia desde la época de los guanches, es el mismo que comemos en tantos países de América Latina.
Pero siento que, en cuanto a sus letras, en cuanto a su literatura, Canarias ha sido una gran ignorada. Quizás exista cierto aislamiento forzado por la geografía misma o haya cierto desdén por desconocimiento, pero es indispensable tener una mejor difusión que le haga justicia a todo lo grande que allí sucede, que es mucho. Por eso celebro esta puerta que se abre con el Festival Hispanoamericano de Escritores. Hacerlo este festival en Canarias no solo tiene todo el sentido del mundo por ser esa especie de intermediario entre América y el resto de España, si no que es una especie de deuda pendiente con su gente y su literatura.
En la fotografía, Francisco Javier Pérez
Valeria Correa Fiz
Narradora y poeta
Rosario, Argentina, 1971.
Unir el mundo de la ciencia con el de las palabras.
Los festivales son siempre un puente, una oportunidad para conocer y dar a conocer autores de ambos lados del Atlántico. Últimamente, y gracias a la labor de las editoriales independientes especialmente, existe más difusión de la literatura española en América y viceversa, pero esa brecha debe estrecharse aún más. Desde una perspectiva histórica, me parece que La Palma es el escenario natural para un Festival Hispanoamericano, no olvidemos que es quizá uno de los sitios de España que más vínculos ha tenido con América, y creo que es interesante dotar a este territorio de marcas culturales del presente que se sumen a las históricas. Desde lo cultural y creativo, estos festivales suelen ser un marco ideal para el tráfico de ideas y para compartir inquietudes y preocupaciones culturales. Una reunión de escritores en una isla es, sin lugar a dudas, un laboratorio en efervescencia.
Además de las actividades literarias, estoy muy ilusionada con las actividades que el Festival tiene pensado en torno al Observatorio del Roque de los Muchachos (ORM), al borde del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, a casi 2.400 metros de altitud. La literatura y la ciencia, tradicionalmente, suelen presentarse como disciplinas separadas y divergentes, cuando existen entre ellas más elementos comunes de los que a simple vista puede pensarse. Es una convivencia artística con la ciencia.
Valeria Correa Fiz, fotografía por Gabriela Navarro
Ernesto Pérez Zúñiga
Poeta, narrador
Madrid, 1971
Canarias es el lugar donde confluyen todas las orillas.
Propiciar el conocimiento mutuo y combinar circunstancias lejanas que confluyen, de eso se trata este festival. Canarias es el lugar donde confluyen todas las orillas. Cada uno de los participantes somos testigos del fuego pero también nos quedamos con él para replicarlo. Ser testigo de algo valioso y contarlo es fundamental, pero lo más importante no es lo que podamos encontrar en esta primera edición del Festival Hispanoamericano de Escritores, aunque también, sino lo que podemos dejar allá. La semilla que podemos sembrar. Vamos a acercarnos a un público, a unos lectores, que no tienen eventos como este en su entorno inmediato, entonces es precioso lo que podemos estar sembrando y por eso me siento orgulloso de, alguna forma, ser uno de los precursores.
Además, el festival va a tener lugar en el momento en el que salen al mercado las novedades literarias y quizás sea oportuno, justo en ese momento, poder empezar a construir un público, unos lectores, un interés, en un lugar donde usualmente no ocurren ese tipo de eventos. Los libros en los escaparates de las librerías duran muy poco, son libros fugitivos y, en su gran mayoría, de autores consolidados, por eso a veces se conoce lo más comercial. En este festival se ha hecho un esfuerzo consciente por seleccionar calidad y contenido muy por encima de lo comercial. Es un lujo poder compartir con un escritor como José Balza y que Balza, a su vez, entre en contacto con generaciones de escritores más jóvenes. Y si bien es cierto que nuestro único país es el del idioma, también lo es que las circunstancias concretas son fundamentales y lo que se aprende en directo, lo que se vive, es una experiencia orgánica, transformadora.
Ernesto Pérez Zúñiga, fotografía por Gabriela Navarro
Santiago Gil
Narrador y poeta
Gran Canaria, 1967.
Cuando coinciden el trabajo y el compromiso se pueden sacar adelante los proyectos.
El Festival Hispanoamericano de Escritores demuestra que cuando coinciden el trabajo y el compromiso se pueden sacar adelante los proyectos. Conozco el empeño de Nicolás Melini y todo su equipo desde hace tiempo, y me alegra que la isla de La Palma sea ese lugar de referencia literaria que echábamos de menos los escritores de América y de España, el lugar de encuentro, una isla que, además, se ajusta a ese cruce de culturas que es Canarias. En La Palma siempre ha habido una creencia firme en los valores de la Ilustración, por eso es una isla tan distinta a las otras, tan avanzada y tan liberal. Espero que ese encuentro genere otras citas similares, pero que La Palma sea a partir de ahora uno de los grandes referentes literarios para los escritores hispanoamericanos.
Soy un escritor canario, pero no creo en la literatura canaria como etiqueta. Yo escribo desde Canarias porque vivo en Canarias, pero mi patria literaria es mi idioma, con todas las variantes de ese idioma en el archipiélago y al mismo tiempo con una visión universal. También me siento escritor hispanoamericano porque muchos de mis referentes literarios principales son hispanoamericanos, pero no entendería lo que escribo sin Flaubert, sin Stendhal, sin Kafka, sin Josep Roth, sin Saul Bellow o sin Coetzee. Tampoco sin Galdós, que es canario, pero universal, sin etiquetas y sin complejos. Por eso considero tan importante este encuentro, porque ayudará a que nos reencontremos escritores de muchas procedencias con un idioma común que nos hermana.
Santiago Gil, fotografía por Txefe Betancort
Juan Carlos Chirinos
Narrador, biógrafo, ensayista y dramaturgo.
Trujillo, Venezuela, 1967.
El idioma es un dispositivo para entender el mundo.
Nuestro territorio común es la lengua y sobre ese territorio construimos, pero hay que partir del principio de que el idioma no es un don, tampoco es una herencia ni tiene consideraciones patrióticas. Hay que entenderlo, básicamente, como un dispositivo para entender el mundo y que lo puede utilizar quien sea. Las lenguas evolucionan así, por las mismas características de su grupo de hablantes. Hay una penetración muy importante del español en Estados Unidos y es inevitable que el inglés, que es su idioma oficial, pase por un proceso de transformación. Cuando tomas conciencia de las formas del habla, de los distintos acentos, localismos, palabras propias, entiendes que el idioma no es algo estático. A través de la historia los imperios han ido cambiando de idioma. En Roma se comenzó hablando latín y se terminó hablando en griego. Cleopatra fue descendiente de un griego Macedonio así que, aunque haya sido reina de Egipto, el griego fue su idioma original. El idioma es un organismo vivo.
La importancia que tiene un encuentro como el Festival Hispanoamericano de Escritores es que convoca a escritores y asistentes a interrelacionarnos unos con otros y ese intercambio siempre se enriquece y se convierte en eco, en amplificador. Se apunta a llegarle a un público lector pero también hay que enseñar a leer. Hay que formar personas críticas que lean. Que lean y, sobre todo, que estudien historia porque las dictaduras apuntan a eso: a tergiversar la historia.
Juan Carlos Chirinos, fotografía por Vasco Szinetar